Jornadas extenuantes y fallos de seguridad: las acusaciones en el ‘caso Baldwin’

La tragedia no llegó sola. Hubo varios avisos de irregularidades en el rodaje del western Rust antes de que Alec Baldwin matara este jueves accidentalmente con una bala que debía ser de fogueo a la directora de fotografía de la producción. El homicidio ha destapado una serie de acusaciones del equipo que participa en la filmación de la película en Santa Fe, capital del Estado de Nuevo México (Estados Unidos), entre ellas, que pocos días antes se produjo un incidente similar, cuando el doble de Baldwin disparó dos veces con armas que en teoría estaban descargadas. Largas jornadas de trabajo, incumplimiento de protocolos de seguridad, condiciones indignas para una producción independiente, retraso en los pagos y problemas logísticos son algunos de los asuntos que se han aireado en las horas posteriores a la muerte de Halyna Hutchins, cineasta de 42 años de origen ucranio.

Una declaración jurada en manos de la policía local señala que un asistente de Joel Souza, director de la película, fue el encargado de verificar las tres armas de fuego que fueron utilizadas en la secuencia fatal. De acuerdo con los detectives de la oficina del sheriff de Santa Fe, el asistente se cercioró de que no hubiese balas de verdad en la recámara de las pistolas y gritó “¡Arma fría!” (descargada) después de la revisión. Fue este quien le pasó el arma a Baldwin para ensayar una secuencia que ha cambiado para siempre la trayectoria de uno de los actores más veteranos de Hollywood. Un solo proyectil mató a Hutchins, que estaba en cuclillas ante un monitor preparando la toma, e hirió en la clavícula a Souza, de 48 años, quien se encontraba a su lado, y está fuera de peligro.

Hasta el momento no se han presentado cargos, pero la policía continúa recabando información y entrevistando a testigos.

Después del disparo, Baldwin, de 63 años, aún sin saber el daño que había provocado, comenzó a gritar repetidamente que cómo era posible tener un arma de verdad en el rodaje. “¡En todos mis años de carrera nunca me habían entregado un arma caliente!” (cargada con balas de verdad), dijo el actor, según el relato de un testigo de la escena a Showbiz 411, un medio especializado en información de Hollywood. Baldwin, también productor de la película, se trasladó al hospital para conocer de primera mano el estado de salud de las víctimas. Hutchins había muerto durante el traslado y Souza fue dado de alta a las pocas horas.

Entrada a la zona del rodaje de 'Rust'.
Entrada a la zona del rodaje de ‘Rust’.Andres Leighton (AP)

Los investigadores han acordonado la localización en el rancho Bonanza Creek, ubicado al suroeste de Santa Fe. Las pesquisas se han enfocado en determinar qué tipo de bala fue la que quitó la vida a la cineasta y cómo es posible que estuviese cargada en la pistola. Las producciones cinematográficas que utilizan armas de fuego están obligadas a seguir unos estrictos protocolos de seguridad sobre el uso de armas y las autoridades aún deben determinar cuáles fallaron en Rust. La policía logró este viernes una orden judicial que le permite buscar pruebas en la zona de la tragedia y hacerse con vídeos que pudieron haber captado las cámaras para entender cómo se desarrollaron los acontecimientos.

Después de unas horas conmocionado, Baldwin rompió su silencio con una publicación en las redes sociales. “No hay palabras para transmitir mi conmoción y tristeza por el trágico accidente que se cobró la vida de Halyna Hutchins, esposa, madre y profundamente admirada colega de todos nosotros”, afirmó en Twitter el actor, que fue fotografiado llorando en el exterior de las oficinas de las autoridades. “Estoy colaborando plenamente con la investigación”, añadió.

Alec Baldwin conversa por teléfono en los alrededores de la oficina de la policía, poco después del accidente.
Alec Baldwin conversa por teléfono en los alrededores de la oficina de la policía, poco después del accidente.Jim Weber/The New Mexican (AP)

Con la muerte de Hutchins salieron a la luz detalles de un rodaje caótico que se inició el 6 de octubre (llevaban 12 de las 21 jornadas previstas). Seis técnicos de cámara y sus asistentes amenazaron con abandonar la producción de Rust horas antes del accidente mortal. El equipo estaba molesto con las condiciones de trabajo en jornadas que se alargaban hasta 13 horas. Tres de los operadores señalaron después del accidente a Los Angeles Times que entre los trabajadores existía preocupación porque no se habían seguido los protocolos de seguridad para el uso de armas. Dos camarógrafos, que no fueron identificados con sus nombres, aseguraron que hubo otro incidente el sábado, cuando el doble de acción de Baldwin disparó accidentalmente dos veces después de que le dijeran que el arma estaba “fría”.

“Debe haber una investigación de lo sucedido”, dijo uno de los miembros del equipo al diario angelino. “No hubo reuniones de seguridad ni tampoco se nos aseguró que no sucedería otra vez. Lo único que querían es que nos diéramos prisa con el rodaje”, agregó. Al menos uno de los productores, según su testimonio, fue alertado de que no se cumplían las medidas de seguridad. La productora emitió un comunicado oficial en el que aseguró que no había sido informada de esta preocupación. “Aunque no fuimos avisados oficialmente de ninguna queja relacionada con las armas o la seguridad, llevaremos a cabo una investigación interna mientras la producción está paralizada”, se ha informado.

El futuro de Rust es incierto. La productora ha informado de que el rodaje se suspende hasta noviembre y que proporcionarán apoyo psicológico a los afectados por la tragedia. El clima de insatisfacción de los técnicos, no obstante, abre la posibilidad de una avalancha de demandas en una sociedad tan litigiosa como la estadounidense.


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