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José W. Fernández: “No podemos depender de un solo país en las cadenas de suministro”

José W. Fernández: “No podemos depender de un solo país en las cadenas de suministro”


José W. Fernández, en una imagen de archivo de mayo de 2022.Dwayne Senior (Bloomberg)

José W. Fernández, nacido en Cienfuegos (Cuba) en 1955, es subsecretario de Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente del Gobierno de Joe Biden desde hace algo más de un año, dentro del Departamento de Estado, donde se ocupa de materias como cambio climático, energía limpia, salud, seguridad de la cadena de suministro y otras prioridades económicas. Formó parte también de la Administración de Barack Obama y en el sector privado ha destacado como socio de Gibson Dunn & Crutcher LLP en Nueva York especializado en fusiones, adquisiciones y finanzas en Europa y mercados emergentes, asesorando a clientes estadounidenses y extranjeros en los sectores de las telecomunicaciones, la energía, el agua, la banca y el consumo. También fue consejero de la española Iberdrola entre 2015 y 2021, antes de asumir su actual cargo.

Concede la entrevista en los aledaños del foro ‘Latinoamérica, Estados Unidos y España en la economía global’, organizado por y la Cámara de Comercio España-Estados Unidos; patrocinado por Abertis, Baker & McKenzie, Hiberus e Iberia, con la colaboración de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos), en la que intervino con un discurso en el que subrayó los lazos trasatlánticos que unen a España con Estados Unidos y la fuerte relación de ambos con Latinoamérica. José W. Fernández sostiene que la globalización y la cooperación económica se mantiene fuerte tras la guerra de Ucrania, pero que las cadenas de suministro no pueden ser tan dependientes de uno o dos países, en aparente referencia a China.

Pregunta. ¿Cómo ha afectado la guerra de Ucrania a la colaboración económica de Estados Unidos con Europa?

Respuesta. La invasión rusa ha consolidado la cooperación que tenemos. Por ejemplo, en el Consejo de Comercio y Tecnología, la cooperación que hemos tenido ha sido estupenda y cada vez que nos reunimos, las metas son aún más ambiciosas, en asuntos como cadenas de suministro, en temas de semiconductores o de energía. Hemos coordinado los controles de exportaciones rusas, lo que surge de la cooperación que ya teníamos. Ambos lados se han dado cuenta de la posibilidad de nuestra cooperación y es lo que estamos percibiendo en nuestras relaciones con Europa.

P. ¿Qué oportunidades ofrece la Ley de Reducción de la inflación para inversores extranjeros en Estados Unidos?

R. Es una buena oportunidad, especialmente en el campo de la energía limpia, y lo que demuestra es el compromiso por parte de la Administración del presidente Biden de cumplir con las metas que nos hemos puesto para llegar a un futuro limpio en 2050. Para energías limpias hay un monto importantísimo, casi 400.000 millones de dólares. Por primera vez estamos respondiendo a algo que China ha hecho por muchos años, que es la política industrial de fomentar este tipo de inversión. La ley, por ejemplo, incentiva la fabricación de baterías eléctricas en Estados Unidos y le da un descuento a los que compren esos autos. Es algo que no se limita a empresas estadounidenses. Siempre que estén aquí, vamos a dar ese tipo de apoyo.

P. ¿No son algo proteccionistas esas leyes que exigen en la práctica que se fabriquen algunos productos en Estados Unidos? La Unión Europea, por ejemplo, no ha recibido bien algunas de las disposiciones sobre el coche eléctrico.

R. Es una legislación que tomó mucho tiempo, pero lo que estamos tratando de hacer es cumplir con los compromisos que nos hemos puesto en cuanto a llegar a este futuro limpio. Naturalmente, podemos criticar algunos aspectos, pero en general, hemos recibido buena crítica por parte de nuestros aliados y sí entiendo que hay algunas reservas, pero es algo que como aliados, vamos a seguir conversando con los europeos y otros.

P. Con la pandemia y la guerra de Ucrania, ¿se está produciendo un cierto paso atrás en la globalización y un mayor nacionalismo económico por parte de los países?

R. No, al revés. Nos estamos dando cuenta de que estamos atados y juntos. ¿Qué es lo que pasa? Que hay que reconocer que la globalización necesita ciertas modificaciones. Tenemos que evitar una globalización que deja mucha gente atrás y que crea una brecha económica en nuestras sociedades. Lo que estamos viviendo, por ejemplo, con Ucrania, es que Estados Unidos se ha convertido en el primer exportador de gas natural líquido en Europa, con más del 50%. Eso demuestra que las soluciones en un continente tal vez están en otro, en otro continente, y es lo que tenemos que perseguir. A la vez, hay que tener claro que también la globalización ha dejado mucha gente atrás y entonces el reto es buscar la manera de incorporar esta sociedad. Es difícil hacerlo, pero todos nos hemos dado cuenta de que no se trata simplemente de globalizar, sino también de incluir a más estratos de la población y de asegurarnos que las cadenas de producción, las cadenas de suministro, son diversas y más seguras de lo que eran. No podemos depender de un solo país o de dos países.

P. ¿Ha descuidado algo Estados Unidos, su relación con Latinoamérica en beneficio de la influencia china?

R. Los lazos con América Latina, en mi opinión, se han estrechado más en los últimos años. Hay más hispanohablantes en Estados Unidos que en España. Somos el primer inversor en América Latina y el mayor socio comercial de la gran mayoría de países latinoamericanos. Y algo muy importante, de lo que no se habla mucho, mientras que el comercio entre China y Latinoamérica serán una docena de productos, en gran parte de los recursos naturales, con nosotros son cientos de productos. Es un tipo de comercio mucho más amplio, con mucha más antigüedad. Y es algo que queremos profundizar aún más.

P. En la Cumbre de las Américas, se presentaron o anunciaron muchas alianzas sanitarias, en educación, económicas… ¿No hay una sensación de que esas grandes declaraciones luego no terminan de convertirse en realidad?

R. Es el reto. En toda diplomacia se trata no solamente de anunciar algo, sino de hacerlo cumplir. Partimos de una base muy fuerte, de 200 años o más de historia común con los países independientes latinoamericanos, estamos hablando de unas relaciones humanas que, en mi opinión, son la envidia de muchos países. Tenemos el lujo de tener una frontera con nuestros dos mejores aliados. Gran parte del mundo quisiera tener esa relación y lo que tenemos que hacer es profundizarlo, pero partimos de una base muy fuerte. En cuanto a las declaraciones, nos pueden criticar por ser ambiciosos, pero el reto, y es algo que tanto el secretario de Estado Antony Blinken como el presidente Biden han dejado muy claro, es que tenemos que hacer que las cosas se cumplan. Es lo que pretendemos.

P. ¿Cómo valora la presencia de empresas españolas en Estados Unidos?

R. Conozco bien España, he vivido y estudiado allí y la he seguido mucho y siempre me asombra la evolución de la economía española y de las exportaciones españolas. No son solo aceitunas y vino. Es transporte, energía, tecnología… Es otro nivel. Y es algo que podemos profundizar aún más. Estados Unidos se ha convertido en un destino muy importante para las inversiones españolas y le ha ido bien, al igual que nuestras empresas han tenido muy buenas experiencias en España en muchos sectores. ¿Por qué? Porque lo que quieren las empresas en cualquier parte del mundo es un sistema jurídico seguro, estable y un Gobierno que quiere recibir su inversión. Y tanto acá nosotros como España, le han dado la bienvenida a la inversión extranjera.


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