“¿El mejor momento de mi mandato? Ver las calles de Bilbao con 4.000 aficionados del Manresa, fue un orgullo. Ahí pensé que esto había merecido la pena”. Sáez, como manresano de pura cepa y jugador de basket en su infancia y adolescencia, sabe de qué va eso de Manresa y el baloncesto, así que el Bàsquet Manresa, más que gestionarlo, hay que cuidarlo, estar pendiente de él. Y ya no tenía tiempo, por lo que se va. Al llegar al despacho en 2017, con el equipo recién caído a LEB Oro, se propuso que la capital del Bages recuperara un marcado rasgo de su personalidad, esa inefable ilusión por el deporte de la canasta.
Manresa recuperó su lugar en ACB de inmediato en un lustro en el que todos han hablado cada vez más del equipo hasta bailar con él esta temporada con el pegadizo baloncesto compuesto por Pedro Martínez e interpretado por la tropa de los Moneke, Francisco, Dani Pérez, Thomasson… Uno de los temazos del año que ha sonado allá dónde ha ido el Baxi, campeón de la Lliga Catalana ante el Barça, victorioso en el WiZink Center y el Palau, clasificado para la Copa 18 años después, subcampeón de la Champions, en los playoffs de ACB… Dejar un equipo tan carismático y simpático es la mejor herencia de Sáez.
Como dijo en su rueda de prensa de despedida, sus obligaciones profesionales le han obligado a tomar la decisión de dimitir.
Sí, mi empresa (se llama Deltalab y fabrica material para laboratorios clínicos) está en un momento en el que el proyecto va hacia expansión internacional porque ha llegado como socio una multinacional y eso me obligará a viajar más y el Bàsquet Manresa necesita una atención, yo ya no podía dar lo mejor de mí y eso hay que saberlo ver.
Aún así, seguirá en el Consejo de Administración.
Sí durante un tiempo, para cerrar el ejercicio y que el presidente entrante tenga un buen relevo. Pero en el momento que entre el nuevo presidente me apartaré incluso del Consejo.
¿Quién será su sustituto?
De momento no puedo dar pistas, no está actualmente vinculado con el club pero en el pasado sí que tuvo cierta vinculación. No tardaremos mucho en presentarle, es una persona muy capaz y tiene muchas ganas de coger esto, pero de momento, si me permite, es confidencial.
Cogió al club en LEB Oro en 2017 y en cinco años, entre otros logros, lo ha consolidado en ACB y esta temporada, además, han ido a la Copa 18 años después y han jugado una final europea. ¿Qué balance hace de su etapa?
Creo que esto debe hacerlo la gente y los jugadores, es complicado que uno haga balance de uno mismo. Sólo puedo decir que ha estado un honor y he sido muy feliz. Yo soy manresano y me lo he pasado muy bien, cuando hemos pasado épocas difíciles como el Covid el basket daba a la ciudad un motivo por el que alegrarse.
¿Cuál ha sido el mejor momento?
Sin duda, ver las calles de Bilbao llenas de gente del Manresa (en la Final Four de la Champions), ver 4.000 aficionados. No tanto por el equipo o el club, sino por la ilusión por el basket, por cómo de identificada se sentía la ciudad por ello. Fue la culminación de todo, el decir “por esto ha valido la pena”. El primer objetivo cuando llegué era recuperar la ilusión de la gente de Manresa por el baloncesto en un momento difícil de recuperarla y el ejemplo de que lo hemos logrado es el de Bilbao.
“Ganar en el Palau fue especial, porque de allí siempre sueles salir calentito”
Uno de los momentos más especiales fue ganar en el Palau Blaugrana casi 26 años después.
(Risas) Sí, me puse muy contento, porque de allí sueles salir calentito (risas). También ganamos en Madrid, pero naturalmente que ganar en el Palau fue un momento especial.
La progresión del número de socios ha sido muy positiva.
Con el descenso a LEB Oro tuvimos una bajada pero no drástica, mucha gente mantuvo su fidelidad y estuvimos en los 2.000. Esta temporada nos hemos movido en los 3.500-4.000 en un año que empezamos con el aforo limitado al 50% por el Covid. Con la capacidad actual del pabellón, no podemos crecer mucho más.
¿Cuáles han sido las claves para revitalizar el club?
Creer en algo, marcarnos un camino pese a tener recursos limitados y rodearnos de gente buena. Necesitábamos cambiar la mentalidad, no digo que el club estuviera degradado pero faltaba chispa, creer en nosotros mismos y sacar ese orgullo de club. Veníamos de una época depresiva y lo primero era cambiar el chip y la LEB Oro nos fue bien por eso. Al principio en LEB costó traer gente porque la afición es exigente y está acostumbrada a la ACB, pero poco a poco les hicimos entender que les necesitábamos. El segundo año hicimos un esfuerzo con el presupuesto y para traer jugadores emblemáticos, así como un entrenador como Joan Peñarroya y nos metimos en play-offs. A partir de aquí todo fue más fácil y la llegada de Pedro Martínez y Xevi Pujol fueron claves para explicar lo que hemos hecho este año.
Aunque usted ya no sea presidente, permítame que se lo pregunte: ¿seguirá Pedro Martínez como entrenador?
Las conversaciones están siendo francas y su primera opción es Manresa. A partir de aquí, queda el verano por delante y hay otras cosas que pueden influir en eso pero esperamos que pueda estar aquí muchos años.
Xevi Pujol es una de las figuras que están marcando más este proyecto como director deportivo.
Sí, es joven, súper trabajador, muy responsable y tiene muchos conocimientos.
En su momento, sorprendió que en 2020 relevara a Román Montañez en la dirección deportiva para darle el cargo a un chico tan joven como Xevi Pujol (30 años en ese momento). ¿Ha sido la decisión más difícil de su mandato?
No fue una decisión personal y no pensamos ni en que se pudieran hacer las cosas mejor o peor, simplemente, que se podían hacer diferente. Pero naturalmente que fue una decisión difícil.
“La primera opción de Pedro Martínez es seguir en Manresa”
Su etapa como presidente ha sido muy positiva para el club, pero, ¿ha tenido algún error o algo que pudiera haber hecho mejor?
Seguro que hay cosas que se podrían haber hecho mejor, pero yo me quedo con las buenas, no hay que mirar el pasado. El club sí que tiene cosas a mejorar y eso es positivo porque significa que podemos crecer más.
¿Qué puede mejorar el club?
Estamos en una ciudad y una comarca (el Bages) pequeñas. Para que el club tenga mayor solidez y crezca necesitamos tener una mejor infraestructura y eso empieza por tener un pabellón más moderno, con instalaciones que puedan acoger a más gente. El Nou Congost tiene 30 años y ha cumplido una función muy importante y hay que reformarlo para adaptarlo al siglo XXI. No sólo para el baloncesto, sino para la propia ciudad, para que se puedan organizar otros eventos y sea una fuente de ingresos
El proyecto de reforma del pabellón, está, de hecho, avanzado.
Sí, falta por concretarse el proceso de licitación, pero el Ayuntamiento quiere sacarlo adelante, el señor Aloy, el alcalde, ha sido muy claro, antes de 3 años deberíamos tener el nuevo pabellón. Está previsto que se amplíe la capacidad de 5.000 a 6.500 personas, que se construya aguna pista anexa, un gimnasio, una sala de reuniones, una sala de rehabilitación…las necesidades para un club profesional. Se trata de modernizar el espacio.
¿El club también recibiría ingresos de los eventos que se organicen al margen del baloncesto?
Todavía no lo sabemos.
¿Qué objetivos debe marcarse el Manresa en los próximos años?
Hay que mantener los pies en el suelo, la ACB es una competición durísima –la mejor del mundo después de la NBA-, no tenemos los recursos de los cuatro primeros clasificados (Barça, Madrid, Joventut y Valencia), este año, con aproximadamente 3 millones de presupuesto, el último o el penúltimo de la liga. Hay que ser ambiciosos y mirar hacia arriba, clasificarnos para competición europea porque es atractiva, te da mucho valor y atraes más talento.
Cada vez es más difícil ver un campeón distinto a Barça y Madrid y que se den sorpresas como la del TDK Manresa en 1998, ¿cree que sería posible otro modelo para una liga más equilibrada?
Es una pregunta muy difícil. Los dos equipos de arriba, Barça y Madrid, son ‘filiales’ de equipos de fútbol y una parte de sus ingresos viene de esta otra actividad y cuesta competir ante eso, aunque me parece bien que destinen recursos al baloncesto. Durante la temporada puedes competir contra ellos pero luego en el momento de la verdad cuesta por la calidad de sus jugadores. No tiene una solución fácil, pero la ACB está trabajando bien, es una competición atractiva.
“El Manresa debe mantener los pies en el suelo per ser ambicioso y mirar a Europa”
¿Cómo valora el estado actual del club a nivel económico?
Cuando llegamos, veníamos de una etapa muy larga en la que se había generado una deuda muy importante con Hacienda y la Seguridad Social, pero no por culpa de nadie en concreto, simplemente por las circunstancias. Logramos refinanciar y bajar la deuda a pesar del Covid y el valor de participación de ACB (los clubes pagan unos 2 millones por ascender repartidos en cuatro años y que son devueltos en caso de descenso) ya está pagado. La deuda se ha reducido y los plazos de lo que queda por pagar son cómodos. Cerramos el pasado ejercicio con pérdidas de unos 200.000 euros por el Covid y este lo cerraremos con superávit, pero no sé aún de cuánto. El club está saneado y no debe preocuparse en el aspecto económico.
¿Han generado más ingresos en esta etapa?
Hemos seguido una política de austeridad, de rigor en la gestión. Pero sí, hemos generado más ingresos de alguna forma, hemos convencido a la gente de que se apunte al proyecto y para nosotros ha sido muy importante la ayuda de BAXI y Jordi Mestres (director general de la empresa), ha sido un sponsor estable. También están ahí otros sponsors como Aquaflix y Control y en una época que no ha sido fácil por el Covid.
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