Dos padres hispanos lloran la muerte de su joven hijo que recibió un disparo mientras se encontraba dentro de un boliche el sábado en Livermore, California.
El tiroteo ocurrió alrededor de las 6:00 p.m., cuando se desató una pelea entre un grupo que se conocía y que estaba en la zona del bar de la bolera Granada.
Durante el altercado, un hombre sacó un arma y le disparó mortalmente a Antonio Vargas, de 28 de años, y a otras dos personas en sus 20 años de edad.
Las víctimas heridas fueron trasladadas al hospital y se encuentran en condición estable.
Leticia y José Antonio Vargas, padres de Antonio, no se explican por qué el sospechoso tenía un arma en un lugar en el que compartían docenas de familias.
“Es lo que no me explico, si había una fiesta familiar por qué lo dejaron entrar con un arma a armar un pleito”, dijo Leticia.
Antonio fue descrito por sus padres como un buen hombre que sentía pasión por los bolos y que junto a sus amigos frecuentaba el boliche.
“Ahora le digo a Dios, ‘Señor, si nuestro hijo era nuestro orgullo, por ser tan buen hijo, por qué nos lo quitas de esta manera tan cruel'”, afirmó Leticia entre lágrimas.
El joven llegó a Estados Unidos procedente de México a los tres meses de edad y recientemente acababa de montar una compañía de lavado de alfombras.
“Si fuera un chamaco buscando pleito no hubiera tratado de armar su compañía”, dijo José Antonio, padre de la víctima.
Familiares y amigos de Antonio crearon una cuenta de recaudación de fondos en GoFundMe para cubrir los gastos de su funeral.
“Lo que más me duele es que nunca me imaginé que no iba a tener para enterrar a mi hijo”, indicó Leticia.
La policía continúa buscando al responsable de esta lamentable muerte, mientras el personal de la bolera donde ocurrió el tiroteo continúa colaborando con las autoridades.
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