Juan Ibáñez y Damián Mollá: "La fama no nos ha trastocado porque estamos debajo de una mesa"

Juan Ibáñez y Damián Mollá: "La fama no nos ha trastocado porque estamos debajo de una mesa"

En 2006, Juan Ibáñez y Damián Mollá se unieron a la aventura de Pablo Motos en ‘El Hormiguero’. Desde entonces, los dos comunicadores dan vida día tras día a Trancas y Barrancas, los grandes protagonistas del programa de Antena 3. 

Ahora, tras cerrar la persiana para las vacaciones, Juan y Damián se han aventurado como guías de la nueva campaña de DYC #OrgullososDeLoQueSomos en la que han creado una ruta para redescubrir Madrid. 

Sobre su larga trayectoria en televisión y su experiencia como guías para reivindicar “lo nuestro” no han dudado en hablar estos dos comunicadores que llevan más de 20 años trabajando codo con codo. 

Pregunta: Más de 20 años trabajando juntos. ¿Cómo se consigue?

Respuesta: Una de las bases fundamentales es que cuando alguien la caga, pedir perdón. Sobre todo cómo se pide perdón. Las formas es reconocer que la has cagado, si no pides perdón bien no hay paz. Además, también, hacer las cosas bien porque así no te echan y duras más años.

P: En 2006 hacéis el salto a ‘El Hormiguero’. ¿Cómo os ha cambiado la carrera desde entonces?

R: La verdad es que del salto de la radio a la tele es que de repente la gente te conoce. Eso es una movida porque de repente te haces famoso. Pero a ver, nosotros somos ‘Trancas y Barrancas’, aunque hemos salido en algunas secciones la mayor parte del tiempo estamos debajo de la mesa lo cual es una mezcla entre la tele y la radio, que provoca que nuestra vida sea bastante parecida. La fama o la tele no nos ha trastocado porque tenemos la suerte de estar debajo de una mesa.

Trancas y Barrancas

P: ¿Por qué dos hormigas? ¿Cómo es darles vida?

R: En el programa de M80 ‘No somos nadie’, el símbolo del programa era una hormiguita y la filosofía era que éramos unas hormiguitas que se enfrentaban al mundo y se preguntaban por qué las cosas eran como eran. Al dar el salto a la tele teníamos claro que el nombre iba a ser ‘El Hormiguero’, nosotros pedimos ser marionetas y al principio íbamos a ser gusanos con orejas, una cosa muy rara. Pero Jorge Salvador dijo, ‘si se llama ‘El Hormiguero’, que sean hormigas’ y tenía todo el sentido.

Luego Marron encontró el nombre. A partir de entonces, la verdad es que lo que nos costó más fue buscar la personalidad que íbamos a darle a cada hormiga, pero una vez estuvieron repartidos los roles y los muñecos fue muy fácil. El momento clave fue cuando nos dieron las hormigas porque prácticamente van solas.

P: ¿Cómo es la relación con Pablo Motos?

R: Acabamos de coger vacaciones y ahora tenemos la ruta DYC y hemos quedado con Pablo Motos y Marron para tomar algo. A parte de la fiesta que tuvimos de final de ‘El Hormiguero’, pues un poco despedirnos también de cara al verano. Pablo es un colega a parte de jefe.

Juan Ibáñez y Damián Mollá

Juan Ibáñez y Damián Mollá

P: ¿Cómo lleváis que en muchas ocasiones se le critique a él y al programa?

R: Ahora, digas lo que digas, alguien te va a criticar y lo asumimos. Intentamos gustar a todo el mundo pero, evidentemente, eso es algo imposible. Lo único es cuando a un compañero, ya sea Pablo o cualquier otro colaborador, le duele de verdad y le hace sufrir. Entonces ahí sí te fastidia más. Lo que intentábamos era no enterarnos porque realmente no son tan importantes las cosas de internet. Hay una dinámica muy absurda porque una crítica puede ser noticia.

P: ¿Cuál es el programa que más os ha costado grabar? ¿Quién ha sido el invitado más complicado?

R: Los programas más complicados son siempre los que grabamos fuera de España. Hemos hecho alguno en Londres, en París, en Berlín… Eso era un cisco, hacer una réplica del plató, el sonido. La verdad es que lo recordamos como algo bonito, pero también muy duro para el equipo. Aunque es verdad que nos ha dado algunos de los momentos más especiales.

Juan Ibáñez y Damián Mollá, para DYC

Juan Ibáñez y Damián Mollá, para DYC

P: ¿Qué sitio habéis redescubierto gracias a esta nueva ruta?

R: La calle de la Madera nos ha sorprendido porque a parte de enterarnos de que está lleno de túneles por debajo, nos hemos enterado que se utilizaban para hacer el guarro, como debe ser. Ahora lo bonito es que no se necesitan túneles porque la gente puede hacer el guarro por encima.

P: ¿Cómo os habéis sentido vosotros siendo guías de esta ruta?

R: La ruta ‘Destilando lo nuestro’ reivindica justamente esto. A los españoles nos pasa que valoramos más lo de fuera que lo nuestro. En tu país no haces el esfuerzo por conocer los sitios, disfrutarlo y enterarte de lo que tenemos. De hecho, esta ruta mola porque es para eso. Nosotros estamos súper de acuerdo con el claim ‘orgullosos de lo nuestro’, estamos muy orgullosos de lo que somos. 




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