Juancho Hernangómez, cómo Willy, volvió anoche a vivir en primer plano la dureza de la NBA. Como su hermano, el alero de los Raptors se quedó en el banquillo en la victoria de Toronto contra los Pelicans la pasada madrugada (115-110) y ya acumula tres partidos seguidos sin minutos, su peor tramo desde el inicio de temporada. Pero, como Willy, Juancho se lo toma con filosofía.
“Lo llevamos bien. No es el primer año ni la primera vez, mi hermano es un apoyo muy importante y tenerle aquí y que vivamos la misma experiencia, que vivamos las mismas cosas y nos apoyemos el uno al otro día. Al final estoy hablando todo el día con él, no es sólo mi hermano, es mi mejor amigo. Pasamos los veranos juntos con la selección, el All-Star juntos, en verano estamos todos los días juntos, tenemos el mismo grupo de amigos y eso hace más fácil todo, el apoyarnos, el contarnos todo tipo de cosas, estar ahí para cuando lo necesite, alegrarnos con los triunfos y motivarse cuando las cosas no van como queremos”, dijo Juancho tras el partido.
“Willy no es sólo mi hermano, es mi mejor amigo”
“Hay que seguir, esto es como una carrera de maratón y hay que seguir trabajando y aprendiendo como jugador y como persona y valorar que estamos viviendo un sueño. Llevamos 7 años en la NBA y es una experiencia maravillosa, no lo vemos como un trabajo, es un privilegio estar aquí. A veces no lo valoramos y estoy contento”, reflexiona el alero de 27 años, con promedios de 3 puntos y 3 rebotes en 14,8 minutos y 41 de 59 partidos disputados.
Pascal Siakam -26 tantos-, y Jakob Poeltl -21 puntos y 18 rebotes-, lideraron a los Raptors, mientras que Brandon Ingram fue el máximo anotador de los Pelicans (36).