Juegos de Invierno en el aire


El fracaso de las negociaciones sobre la candidatura conjunta de Cataluña y Aragón para celebrar los Juegos de Invierno de 2030 quedó escenificado ayer. No compareció Aragón en la firma del acuerdo alcanzado por la comisión técnica la semana pasada, pero la propuesta sigue su curso por parte del Comité Olímpico Español (COE). El encargo de la comisión, reunida hasta en seis ocasiones, consistía en establecer el reparto de las sedes de las distintas disciplinas deportivas. Según la carta enviada por el presidente del COE, Alejandro Blanco, a los gobiernos de Aragón, Cataluña y España para comunicar el acuerdo, la distribución había sido “debatida y acordada” por las dos delegaciones que formaban parte de la comisión técnica. El hockey sobre hielo se celebraría en Barcelona, el curling, en Jaca, y las pruebas de velocidad y patinaje artístico, en Zaragoza. El resto de disciplinas estaban también asignadas: las pistas de La Molina y Masella acogerían el esquí alpino; Baqueira, el snowboard y el freestyle, y las instalaciones aragonesas, el esquí de fondo.

La causa del desacuerdo de Aragón no es nueva. Afecta a la exigencia de mantener la “igualdad” que reclama Javier Lambán con Cataluña frente a la “colaboración” de Aragón en los Juegos que suele esgrimir el presidente Pere Aragonès. Las discrepancias actuales incluyen el nombre de los Juegos (la Generalitat defiende “Pirineos-Barcelona”), pero también las sedes de los actos de apertura y clausura. El Ejecutivo aragonés arguyó por carta que todo acuerdo debería incluir estos dos elementos. Desde Cataluña el parón súbito de la negociación se lee como una presión política de Lambán para forzar un mayor protagonismo de Aragón. La delegación aragonesa entiende que el perfil de sus representantes era más técnico frente al sesgo político de la delegación catalana. El apoyo al acuerdo del presidente del COE y del Gobierno de España complica las futuras decisiones de Lambán, a un año vista de que el Comité Olímpico Internacional decida la sede. También las discrepancias entre ERC y Junts sobre la pregunta y el alcance geográfico de la consulta que quieren abrir sobre los Juegos se suman al rechazo a estos de las organizaciones ecologistas por su impacto medioambiental y por el contrasentido de celebrar unos Juegos de Invierno en unos Pirineos con poca nieve (o con nieve artificial).

Lo peor que podría pasar es que la candidatura catalano-aragonesa decayese por la incapacidad de ambas partes para negociar un acuerdo. Las rivalidades políticas históricas y los choques entre el Gobierno aragonés y la Generalitat han sido frecuentes en el pasado. Los Juegos de Invierno pueden ser una más de las teselas del delicado proceso de negociación y reconexión entre la Generalitat y el Gobierno de España. Desde las mismas siglas de partido que Lambán, tanto Miquel Iceta como Salvador Illa han defendido los acuerdos de la comisión técnica. El presidente aragonés asegura que no suscribirá ningún acuerdo si no está resuelto el nombre y las sedes de clausura y apertura. No parece una exigencia inasumible, aunque resulte extraño que no figurasen ya esas dos relevantes cuestiones sobre la mesa. Todavía hay tiempo pero sobra la sobreactuación, en particular cuando incurre en la desautorización de los acuerdos negociados por la propia delegación aragonesa.


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