WASHINGTON – La oposición demócrata se anotó el martes una victoria en su investigación para someter a un juicio político al presidente estadounidense, Donald Trump, cuando uno de los protagonistas de la política hacia Ucrania reconoció que Estados Unidos retuvo ayuda militar a ese país para lograr objetivos partidistas.
En un sorprendente cambio de posición, el embajador de EEUU ante la Unión Europea (UE), Gordon Sondland, validó la tesis principal que busca demostrar la investigación contra Trump: que la Casa Blanca congeló la entrega de $400 millones a Ucrania hasta que se comprometieran a investigar a los demócratas.
Sondland se convirtió así en el primer integrante del “canal paralelo” formado informalmente este año para manejar la política estadounidense hacia Ucrania en reconocer que la ayuda militar tardó en entregarse por motivos partidistas, algo que la Casa Blanca niega pero que han afirmado otros testigos clave en la investigación.
EL EMBAJADOR RECUPERA LA MEMORIA
Los comités que investigan a Trump publicaron el martes una transcripción del testimonio original de Sondland a puerta cerrada el pasado 17 de octubre, y también un anexo que el embajador ante la UE envió a los legisladores este lunes.
En ese anexo, Sondland afirma que la comparecencia de otros testigos le ha “refrescado la memoria sobre ciertas conversaciones” relativas a Ucrania en las que participó en septiembre.
El diplomático asegura que nadie en el gobierno le explicó, y “aún” no sabe, “por qué se suspendió” originalmente la entrega de $400 millones a Ucrania, aprobada por el Congreso.
Sin embargo, “a principios de septiembre, y ante la falta de explicaciones creíbles sobre la suspensión de ayuda”, Sondland dice que “asumió que esa suspensión se había vinculado” a la insistencia de Trump de que Ucrania hiciera una “declaración” pública de que investigaría ciertos actos de “corrupción”.
El propio Trump dejó claro qué tipo de investigación esperaba durante una llamada telefónica en julio con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cuya transcripción se publicó en septiembre: una indagación sobre el expresidente estadounidense Joe Biden y los negocios de su hijo Hunter en la compañía de gas ucraniana Burisma.
Y RECONOCE UN “QUID PRO QUO”
Pero la clave del nuevo testimonio de Sondland está en que admite que él mismo comunicó a un asesor de Zelenski, Andréi Yermak, que la entrega de la ayuda estaba condicionada a esa investigación partidista, durante una reunión en Varsovia el 1 de septiembre.
“Dije (a Yermak) que la reanudación de la ayuda estadounidense probablemente no ocurriría hasta que Ucrania proporcionara la declaración pública contra la corrupción de la que habíamos estado hablando durante muchas semanas”, escribió Sondland en su anexo.
El embajador reconoció así que hubo un “quid pro quo” -expresión latina para designar que algo se da a cambio de otra cosa- relacionado con la ayuda a Ucrania, un punto que la Casa Blanca llegó a reconocer en octubre pero después negó tajantemente.
Varios testigos de la investigación en la Cámara Baja habían asegurado que se enteraron por Sondland de que la Casa Blanca quería condicionar la ayuda a Ucrania, lo que probablemente aumentó la presión sobre el embajador y le llevó a cambiar su relato.
LA CASA BLANCA SE INDIGNA
Mientras los líderes demócratas de los comités que investigan a Trump celebraban en un comunicado la declaración de Sondland y opinaban que con ella “el ardid del presidente (sobre Ucrania) está todavía más claro”, la Casa Blanca intentaba cambiar el discurso.
En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, se aferró al punto en el que Sondland afirma que no sabe por qué se congeló originalmente la ayuda a Ucrania y denunció los “titulares sesgados y salaces de los medios de comunicación”.
Grisham obviaba así el hecho de que, aunque Sondland no estuviera al tanto de la razón original para congelar la ayuda, acabó deduciendo que tenía que ver con la campaña partidista de Trump y llegó al punto de comunicar ese mensaje al entorno de Zelenski.
Los comités publicaron también el testimonio del ex enviado especial de EEUU para Ucrania Kurt Volker, quien junto a Sondland formó parte de un “canal paralelo” al diplomático que coordinaba la política ucraniana con el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani.
Al contrario que Sondland, Volker evitó confirmar nada relacionado con la ayuda a Ucrania, pero sí dijo que advirtió a Giuliani que las acusaciones de que Biden o su hijo incurrieron en corrupción en ese país “simplemente no eran creíbles”.
LA INVESTIGACIÓN SE DA CON EL MURO DE LA CASA BLANCA
Mientras, los comités solicitaron al jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, que testifique este viernes, por sospechar que estuvo “implicado” en la retención de ayuda a Ucrania.
Pero es improbable que Mulvaney acceda a comparecer, porque la Casa Blanca ha prohibido a varios funcionarios que acudan ante los comités y este martes impidió el testimonio de otros dos cargos convocados por los investigadores.
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