Justin Holiday ha acordado la rescisión de su contrato para salir de los Houston Rockets y poner rumbo a los Dallas Mavericks cuando complete el proceso de desvinculación con su anterior franquicia. El veterano escolta de 33 años, un trotamundos del baloncesto estadounidense, tenía un papel menor esta temporada con los Atlanta Hawks, que le traspasaron al equipo texano durante el pasado cierre de mercado.
Él, junto a un LaMarcus Aldridge que se entrenará hoy mismo con los Mavs, apunta a ser el siguiente refuerzo del equipo de Mark Cuban después del bombazo de mercado con el traspaso por Kyrie Irving. Dallas, con necesidad de cubrirse mejor las espaldas tras perder dos piezas clave de la rotación como Spencer Dinwiddie y Dorian Finney-Smith, sigue moviéndose en el mercado de descartes y agentes libres.
Con los Hawks, Holiday promedió 4,5 puntos en 14 minutos de juego este curso, donde tan solo ha disputado 28 partidos. La temporada anterior, con los Kings y los Pacers, promedió 10,1 puntos en 27 minutos de juego como titular para ambas franquicias. En 10 temporadas en la NBA, el escolta promedia 8,5 puntos, 2,9 rebotes y 1,5 asistencias por encuentro en 24 minutos de juego.
Debido a la lentitud del proceso del buyout en la NBA, es probable que Holiday no se incorpore a la disciplina de los Mavs hasta después del All Star. Más rápida quizás es la llegada de Aldridge, que entrenará hoy mismo con sus posibles futuros compañeros. El pívot, siete veces All Star, promedió 12,9 puntos en 47 partidos el curso pasado como miembro de los Brooklyn Nets. Nacido en Dallas, el interior de 37 años ha participado en siete All Star y ha promediado 19,1 puntos y 8,1 rebotes en su trayectoria profesional.