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Kanté, uno de los que vale por dos

Los hay que al verle jugar se cuestionan si la ciencia ha avanzado a pasos agigantados en cuanto a clonación del ser humano se refiere sin que se haya hecho público. No es para menos. Porque cuando Kanté está sobre el terreno de juego cuesta creer que sea solo uno y no dos. El centrocampista francés se multiplica y aparece por todos lados. Y lo hace dando sensación de frescura siempre, ya sea en el minuto 5 o en el 90.

El partido disputado este miércoles en el Bridge no fue una excepción. Después de ser en Valdebebas el motor de un Chelsea que perdonó y dejó vivo al Madrid para la vuelta, tuvo que ser una aparición suya destrozando las líneas del conjunto blanco la que posibilitó que Werner acabase logrando a puerta vacía el 1-0. En la foto sale el delantero alemán, y en el instante anterior la vaselina de Havertz que el larguero frustra, pero el que de verdad dibujó la jugada fue Kanté. ¿El 2-0? Más de lo mismo. El que marca es Mount, el que asiste es Pulisic, pero el que roba y posibilita todo lo que llega después es Kanté.

Seguramente al bueno de N’Golo no le importe que solo aquellos que miran un poco más allá le atribuyan el mérito que tuvo en sus goles. Porque bien sabida es su humildad fuera del terreno de juego, que no extraña al verle dentro del mismo. Solidario en el esfuerzo, atento en la cobertura y determinante cuando toca serlo. ¡Qué delicia de jugador!

Por aquello de los malditos estereotipos, en el pasado se le llegó a encasillar como el típico centrocampista que solo destaca por su despliegue físico. Y no es que no tenga tal virtud, pero es tan solo una las que atesora un maravilloso ‘todocampista’ que, más incluso que ningún otro de los jugadores del conjunto ‘blue’, se merece el estar en la final de la Champions League. Será la primera de su carrera.


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