Kawhi Leonard quería forzar el séptimo partido de la eliminatoria de primera ronda, peroademás le quería mandar un mensaje contundente y explícito a Luka Doncic. Logró ambas cosas en la victoria por 97-103 que envía la serie entre los Dallas Mavericks y Los Angeles Clippers al cara a cara definitivo en
L.
A
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El astro angelino, con 45 puntos que empatan su mejor marca en unos playoffs y dos canastones con el esloveno defendiéndole, hizo uno de los mejores partidos que se le recuerdan en postemporada. Leonard mandó a placer en la segunda mitad y se dedicó a contestar a todas y cada una de las pequeñas escapadas de los Mavs en el marcador.
Doncic, autor de 29 puntos, 8 rebotes y 11 asistencias, confío mucho en sus compañeros y la fórmula funcionó hasta que en el último cuarto todos se quedaron sin pólvora. Observaron entonces cómo Kawhi sacaba su instinto asesino para aislar en defensa a la estrella de Dallas y meterle un par de golpetazos anímicos de los que no te dejan dormir por la noche.
Con tres minutos por disputarse, Leonard clavó su primer zarpazo con un tiro de dos frente a Doncic. Luego insistió y visiblemente pidió a sus compañeros que le dejaran solo contra el esloveno en la siguiente posesión. Anotó entonces un triplazo (88-95) que empezó a decantar la balanza mientras los Mavs no encontraban respuesta alguna.
Doncic si encontró aro en la siguiente posesión, pero Kawhi estaba convencido de que su mensaje iba a mandar los titulares y clavó otro triple para resolver las dudas sobre el séptimo partido de una eliminatoria única y extraña en la que ninguno de los dos equipos ha logrado vencer en casa, algo inédito en la historia de los playoffs de la NBA.
En un partido de corte defensivo e igualado, con más de 20 cambios de liderato, el juego colectivo dominó el ataque de Dallas y la defensa de ambos conjuntos. Leonard rescató a los Clippers de su peor momento cuando iban siete abajo en el tercer cuarto con 13 puntos consecutivos en el tramo final del período.
El escolta combinó sus esfuerzos con Paul George, autor de 20 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias, y Reggie Jackson, muy inspirado anoche con 25 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias. El trío angelino dominó y centró todo el ataque del equipo de Tyronn Lue, que ni necesitó al banquillo (4 puntos) para ganar el partido.
Dallas propuso todo lo contrario, y Doncic empezó fuerte con 11 puntos y dio paso posteriormente a sus compañeros en el segundo y tercer período. Tim Hardaway Jr. hizo un partido muy completo con 23 puntos, y Dorian Finney-Smith apareció en los momentos más brillante del equipo de Rick Carlisle con 11 tantos, 7 rebotes, 4 asistencias y 2 robos de balón.
El técnico de los Mavs quiso castigar los quintetos pequeños de L.A. con la inclusión de Boban Marjanovic en el quinteto inicial. El experimento dio rédito, pero Carlisle no confío en él para el último cuarto a pesar de sus 12 puntos y 9 rebotes en 17 minutos de juego, de largo el jugador más eficiente para los Mavs junto a Jalen Brunson, chispa desde el banquillo con 7 tantos.
Una vez más, el papel de Kristaps Porzingis fue marginal más allá de un feroz mate como puntual nota positiva a su encuentro. La falta de intensidad y la desgana describen el lenguaje corporal del letón sobre la cancha. Sus 7 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias, 3 robos
y un tapón son otra oportunidad fallida para reivindicarse ante un rival que debería dominar por tamaño bajo los aros.
Después de dominar al final del primer cuarto (28-26) y del tercero (77-73), los Mavs demostraron que les falta pólvora cuando Doncic falla. El esloveno, que terminó con un 11 de 24 en tiros de campo y un 2 de 9 en triples, fue el único jugador que anotó para los Mavs en los siete minutos y medio finales: tan solo 9 puntos en una recta final de partido nefasta para los de Carlisle.
Con esta certeza, la dependencia de Doncic, Dallas viajará a Los Ángeles para intentar confirmar lo que dice la estadística en esta eliminatoria: el equipo de casa pierde. El duelo entre Kawhi y Luka promete.
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