La rebeldía de Kyrie Irving, la indolencia de Ben Simmons, el hartazgo de Kevin Durant. La mejoría que aparentan los Brooklyn Nets a raíz de la mejora en el juego y los resultados obrada por su nuevo entrenador, Jacque Vaughn -y sobre todo desde la ausencia de Irving por su castigo con un balance de 4-4-, dista de ser idílica y es tormento de puertas para adentro. Aparte de que la última y sonrojante derrota contra los Sacramento Kings ha escocido y mucho (153-121). Al caso del reincidente Irving, pese a que podría volver a jugar ya esta semana, se confirman ahora los de Durant y Simmons. Uno está tan a disgusto con lo que hay que lo dice sin pelos en la lengua. Y el otro empieza a agotar la paciencia de acuerdo a filtraciones del vestuario recogidas por ‘The Athletic’.
Durant manifestó en verano que ya no podía más. Así que le pidió a los Nets, por favor, un traspaso. No se produjo y parecía todo reconducido. Pura fachada. “Mira en nuestra alineación titular. Edmond Sumner, Royce O’Neale, Joe Harris, Nic Claxton y yo. Con todos los respetos, pero, ¿qué esperas de ese grupo? Esperas ganar porque estoy yo allí. Si los ves desde ese punto de vista, tú esperas que juguemos bien porque el número 7 está ahí”, disparó Durant en una entrevista con Chris Haynes.
Durant no se guardó nada. Habló de todo, su desacuerdo con la opinión que se tiene de él. Su disconformidad con la gestión de Steve Nash -a quien en un principio había alabado cuando se hizo oficial su marcha-. Y por supuesto, su tan reprochada postura también en el caso Irving.
“Necesito que todo el mundo que me rodea me haga la vida más fácil”
“¿No soy un líder? ¿Qué mierda significa esto?”, se preguntaba Durant de manera retórica en el fragmento de la entrevista recogido por Bleacher Report. “Mucha gente dice que no soy un líder porque no dije a Kyrie (Irving) que se vacunara. Venga va. O porque no condené a Kyrie por dejar el equipo, salir y vivir su vida. No voy a decirle a un hombre adulto lo que puede o no puede hacer con su vida y diseccionar sus puntos de vista sobre cómo piensa sobre mierdas”, espetó el alero, que reconoció que la gestión de Nash tuvo mucho que ver en su petición de salir en verano.
“Para mí no fue difícil pedir un traspaso. Fui a ellos y estaba como, “no me gusta cómo nos preparamos. No me gustan las sesiones de tiro. Me gustan los entrenos, necesito más, quiero trabajar en más cosas. Ponte en mi trasero en el vídeo si eso te ayudará a ponerte en la cabeza de todos. Necesito asegurarme que todo el mundo que me rodea me haga la vida más fácil. Pregúntale a Steve Nash, llámale ahora mismo, le diría que necesitamos entrenar más. En verano me quejé””, soltó Durant. “Nadie pensaba como yo, Jacque Vaughn sí”, agregó el ’7’, confirmando que aprueba de momento el trabajo del que fuera asistente de Nash.
Kevin Durant manifestó sus discrepancias con Steve Nash
“Me lo estoy pasando bien. Tengo que disfrutar cada momento, meter los tiros, hablar a mis compañeros de la manera adecuada. De eso se trata. Todas estas mierdas de más como “tienes que ganar antes de retirarte para asegurar que tu legado sea fuerte”, son una mierda para mí. Mi legado se basa en lo que Cam Thomas aprenda de mi y lo que se lleve que le pueda ayudar cuando él lleve 10 años (en la liga). Lo que hice con Andre Roberson, la confianza con la que le ayudé a construir cuando estaba en la liga. Ese es mi legado. Poder jugar con Russell Westbrook, Steph Curry y Kyrie Irving y que todavía esté conmigo. Ese es mi legado”, dijo Kevin Durant, a quien no le obsesiona el tercer anillo tras los que se enfundó en 2017 y 2018 con los Warriors.
Aunque lejos de momento estos Nets del anillo, y a sus 34 años, se está viendo al mejor Kevin Durant de siempre. La temporada acaba de empezar pero jamás el alero había tenido promedios como los actuales.
Ben Simmons empieza a agotar la paciencia
Mientras Durant se supera en el tramo final de su carrera, Ben Simmons retrocede en la que debería ser su plenitud, 26 años. El base australiano produce y sirve menos que nunca con 5,8 puntos, 5,6 asistencias -2,2 pérdidas-y, a la vez, su efectividad es la más baja con un 48% en tiros de campo -porcentaje muy pobre para lo poco que tira, 5 lanzamientos por partido-, y un ‘inaceptable’ 47% en tiros libres. Con las peores cifras de su carrera, además de sus problemas físicos y un impacto en el juego esporádico, muy lejos de lo se espera de una estrella de su calibre, empieza ya a desquiciar a los Nets.
‘The Athletic’, citando fuentes del vestuario de los Nets, asegura que tanto el cuerpo técnico como los jugadores hay frustración entorno a Simmons. Les preocupa todo de él, su estado su físico, su muy mejorable nivel y su pasión por el juego. “Obviamente, no puedes estar feliz cuando alguien está fuera”, dijo el base al medio estadounidense.
“Entiendo el escepticismo, pero no me invento nada”
“Pero, para mí, he estado tratando con la lesión de rodilla desde que empezó la temporada. Me he infiltrado, me sacaron sangre dos veces. No me lo invento, es algo real. Entiendo el escepticismo, pero si una cosa va conmigo es que soy un competidor y quiero jugar y ganar. No hay mucho que pueda hacer para cambiar la percepción”, se excusa el base, que asegura que tiene pasión.
Simmons, en su época ‘rebelde’ en los Sixers -se negó a jugar el año pasado tras sentirse señalado por la eliminación contra los Hawks en los play-offs de la campaña anterior, colmó la paciencia de sus compañeros. También de Joel Embiid, pese a los intentos del camerunés por acercarse al base. Sin embargo, y a pesar del hartazgo, en los Nets no lo dan por perdido. The Athletic apunta a que sus compañeros en Brooklyn están poniendo de su parte para que se sienta bien. Y Vaughn valora su rol más allá de los puntos y las asistencias. Como su capacidad de actuar como ‘5’ en defensa dada su elevada estatura a pesar de ser base, 2,11, una de tantas extravagancias, en este caso positiva.