Jimmy Butler ofreciéndole entradas a la tenista Coco Gauff para las Finales cuando los Heat ni siquiera estaban ni clasificados todavía para los playoffs. Erik Spoelstra y la propia estrella dando por hecho que el equipo jugaría la serie por el título apenas minutos después de la sobrecogedora decepción del Game 6 en Miami con el rebote ganador de Derrick White. Y la franquicia de Florida comprando billetes de vuelo para Denver antes del séptimo partido.
Entre todo lo que convierte lo de los Heat en un fenómeno casi sin precedentes, lo más fascinante es su lúcida capacidad para lanzar una profecía y cumplirla. Puede ser por visionarios, por brujería o, a saber también, por tener un infalible amuleto de la suerte: Kevin Love.
Love, celebrando con LeBron el anillo de 2016
El interior no falla a su particular idilio: playoffs que juega, playoffs en los que llega hasta las Finales. Y es que con las que jugarán los Heat ante los Denver Nuggets, Love mantiene su pleno, cinco fases por el título jugadas a lo largo de su carrera, y cinco Finales. La pura definición de llegar y besar el santo.
Love ha exportado su don desde los Cleveland Cavaliers para entregárselo a la cultura de los Heat, con los cuatro anteriores precedentes de Finales disputados en el conjunto de Ohio. Pero no sólo es el qué sino el cómo echando un vistazo a lo que ha sido la temporada para el contrastado ala-pívot de 34 años.
Después de haberse caído de la rotación de J.B. Bickerstaff, los Cavs, con todo el dolor, deshicieron deshacerse del último superviviente del anillo de 2016 liderado por LeBron James cortando al íntimo amigo de Ricky Rubio mediante ‘buyout’. Los Heat, tan propio de ellos eso de aprovechar jugadores que nadie quiere, le firmaron para el resto de temporada en busca de aliviar sus problemas de profundidad interior para dar descanso a Bam Adebayo.
Love, en la serie contra los Knicks
Aunque sí en términos de minutos, no parecía un buen negocio para Kevin Love cambiar los Cavaliers por los Heat en cuanto a aspiraciones, con los de Ohio proyectados para luchar por el anillo en su vuelta a los playoffs -por lo menos para pelear por jugar las Finales de Conferencia-, y Miami acabando en el ‘play-in’.
Pero los Cavaliers, que se podrían haber cruzado con Miami en las Semifinales de Conferencia, cayeron en primera ronda ante los Knicks y Kevin Love aquí sigue, en sus quintas Finales. Su gran frustración, haberse tan solo enfundado un anillo en sus cuatro series por el título anteriores (2015, 2016, 2017 y 2018) sufriendo la mejor época de los Warriors en esa intensa rivalidad que nació entre los de la Bahía y los Cavs.
El interior firmó unos muy dignos números de 8,2 puntos, 6,4 rebotes y 2 rebotes con un 33% en triples en 20 minutos en temporada regular con Miami mientras que en playoffs registra 7 tantos, 5,8 capturas y 1,4 pases de canasta con un 37% en triples en 18 minutos.
Kevin Love era el único superviviente de 2016 que quedaba en los Cavaliers
Ante sus problemas para defender a Jayson Tatum en el ‘pick and roll’, Spoelstra le dejó fuera de la rotación en los dos últimos choques contra Boston, pero su presencia es un valioso activo para que Miami intente levantar su cuarto título. Por experiencia y por alternativas tácticas como la que da con su tamaño y tiro exterior, interesante opción para intentar sacar a Nikola Jokic de la pintura.
Sería demasiado ya imaginar que Butler, que cuando tras perder el Game 7 de las Finales del Este del año pasado predijo que los Heat volverían a ganar en el mismo escenario, lanzara esa profecía porque sabía que vendría Love y eso era un valor seguro. En cualquier caso, la fidelidad del interior con las Finales cada vez que juega playoffs puede ser la razón que explique la ciega confianza de Miami en su participación en el duelo final. Kevin Love, garantía de Finales.