Isabel Pantoja y los suyos están contratados por Telecinco. La cantante, sus dos hijos Kiko e Isa, su nuera Irene Rosales y hasta su sobrina Anabel son habituales de los programas de la cadena, algo que se ha convertido en su modo de vida. Presa de su destino en algunos de los casos, dueña de un talento artístico innegable pero rodeada de un aura de fatalidad, la vida de Isabel Pantoja ha fascinado por igual a aficionados y ajenos a la canción española. Ahora este fenómeno de atención alcanza a sus descendientes. Pero estos no son buenos tiempos para ella y los suyos, ni en lo familiar ni en lo económico. La cantante, tras salir de la cárcel, no ha conseguido retomar con fuerza su carrera: la discográfica Universal se ha desvinculado de ella y solo su participación como jurado en Idol Kids la mantiene en activo. Mientras, su hijo Kiko ve cómo las galas que tenía firmadas como DJ se han suspendido a causa del coronavirus. Por eso, por la necesidad de hacer caja, se sentó hace unos días en el plató de Sálvame Deluxe y destapó los desencuentros con su madre tras confesar, además, que sufría una depresión. Pidió el apoyo de Pantoja que, sorprendida por la confesión, entró en directo para regañar a su hijo por hablar de su tristeza en tiempos de pandemia y le prometió su apoyo.
Han pasado dos semanas, Pantoja no se ha encontrado con su hijo y los asuntos familiares del clan se han convertido en el guion estrella de los programas de entretenimiento de Mediaset. El martes por la tarde Kiko Rivera entró por teléfono en Sálvame y aireó los desencuentros que mantiene con su madre. Una relación que hasta ahora se consideraba idílica estallaba por los aires. “Mi tristeza viene porque la persona a la que más he amado y amo, mi madre, no sabe diferenciar entre Isabel Pantoja y madre, esa es mi tristeza”, proclamó. “Yo lo que necesito es a mi madre, no a Isabel Pantoja y mi madre no está porque el personaje siempre es más”. En el trasfondo están los problemas económicos. “No necesito más de lo que tengo. Ha habido momentos en que he tenido más de lo que tengo ahora, pero no necesito más”, aclaraba Rivera, que además de tener detenida su carrera profesional por la pandemia tiene pendiente una deuda con Hacienda.
Rivera niega que haya pedido a su madre lo que le corresponde de la herencia de su padre, Paquirri, pero recuerda: “Si yo quisiera pedirlo, estaría en mi derecho”. Lo que sí ha reconocido es que hace tiempo que ha recomendado a su madre la venta de la finca, Cantora, que fue del torero y en la que la cantante vive recluida. “Lo que le dije es que si para solucionar sus problemas y los míos, que son más pequeños, hacía falta vender Cantora por mi parte no había problema y que podía coger para ella lo que a mí me tocara, que a mí con que me pudiera pagar y resolver mi problema, yo no quería nada más”. En su opinión hay que vivir “en el presente” y dar las gracias si el patrimonio les puede ayudar a resolver los problemas que tienen: “Si por malas gestiones uno ha cometido sus errores y tienes la posibilidad y la suerte de poder ayudar a la familia, se debe de hacer porque de recuerdos no se puede vivir”. Visiblemente molesto también aclaró: “No soy ningún mantenido, ni lo he sido ni lo seré y si me tengo que poner a limpiar suelos o lo que haga falta, por mi familia lo haría”.
El conflicto de los Pantoja está servido para alegría de los responsables de Mediaset. Los infortunios de una de las familias más famosas de España ha quedado al descubierto y todos los protagonistas de esta historia de desencuentros trabajan para ellos. Ni el mejor de los guionistas podría haber trazado una trama como esta.
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