Kimpembe lleva ocho años en el PSG y no le apetece marcharse a pesar de los rumores que han aparecido a lo largo de este verano. Simplemente quiere sentirse más valorado por el club parisino, donde su caché es distinto al de Marquinhos, por ejemplo. El francés cobra alrededor de 700.000 euros brutos mensuales, medio millón menos que su compañero brasileño, uno de los grandes señalados de la eliminación en Champions en el Santiago Bernabéu.
Antes de la gira por Japón, Kimpembe se reunió en Camp des Loges con Luis Campos y también con Christophe Galtier para trasladarles su intención de quedarse. Si bien es cierto que a principios de junio hizo unas declaraciones en las que dejó en el aire su futuro, hablando sobre la necesidad de revisar su contrato, el central aclaró que no ha pedido salir del PSG. Su entrenador, después de escucharle, le comunicó que cuenta con él esta temporada.
Falta ver si habrá entendimiento entre Kimpembe y el club, que ha recibido propuestas por el futbolista de rivales como el Chelsea. Tuchel, que ya le tuvo en su etapa en París, se ha interesado por él para reforzar un eje de la zaga en el que ya cuenta con Koulibaly. Sin embargo, la oferta del cuadro londinense fue insuficiente para un PSG que solo se plantea una venta si Kimpembe pide explícitamente salir, algo que no ha ocurrido por ahora.