El sorteo de los octavos de final de la Champions ha deparado un duelo entre Liverpool y Real Madrid, dos históricos del fútbol continental que atraviesan momentos dispares a pesar de haberse visto las caras hace apenas seis meses en el partido más importante del mundo: la final de la Champions.
En París, el Madrid coronó una de las Champions más inverosímiles de los últimos tiempos al batir al Liverpool gracias a un solitario tanto de Vinicius Junior y a las nueve paradas de Thibauth Courtois, elegido MVP en el estadio de Saint Denis.
La conquista de la Decimocuarta afianzó la apuesta y el relato del Real Madrid al tiempo que supuso un torpedo en la línea de flotación del proyecto de Jürgen Klopp al frente del Liverpool. Tras la derrota en París se despidió Sadio Mané para poner rumbo al Bayern cansado de la batalla de egos con Mohamed Salah y el Liverpool está pagando, y con intereses, las consecuencias de su marcha.
El fichaje de Darwin Núñez por 80 millones de euros, lejos de tapar el vacío dejado por el senegalés, ha desestabilizado un sistema de juego que se caracterizó por su intensidad, puntualidad y rendimiento en las grandes citas, capaz de competir de tú a tú con el Manchester City, al que el curso pasado obligó a una gesta para reconquistar la Premier League.
Ahora el panorama es muy diferente en Anfield. El proyecto muestra síntomas de agotamiento por primera vez desde que Klopp llegó al banquillo red hace siete años. El Liverpool, campeón de Champions en 2019 y de la Premier en 2020, ha perdido regularidad y frescura y casi todos sus estandartes están lejos de su mejor nivel.
Robertson y Alexander Arnold flaquean en los costados, Van Dijk ha perdido jerarquía, Fabinho ya no es un pilar en la medular y en ataque Salah y Luis Díaz no logran hacer olvidar a Mané. El egipcio, eso sí, sí está exhibiendo su poderío en la Champions, donde ha sido el máximo goleador de la fase de grupos empatado con Mbappé a siete tantos.
Estos factores explican porque el cuadro red transita por la Premier en octava posición tras 13 jornadas disputadas. Lo que parecía un mal arranque ha tornado en un mal endémico porque el Liverpool no encuentra el camino de la constancia, pues suma 5 triunfos, 4 empates y 4 derrotas.
El Madrid, verdugo red en las finales de 2018 y 2022, se presenta como la última bala para que Klopp pueda relanzar el proyecto que devolvió a la élite del fútbol inglés y europeo. Una eliminación en octavos podría suponer el principio del fin del germano en Liverpool y una victoria, un balón de oxígeno y una oportunidad de oro.