Apenas unos meses en la Serie A bastaron para que la Juventus tirase de chequera para hacerse dueño del futuro más inmediato de Dejan Kulusevski. Un total de 35 millones de euros (que pueden llegar a ser 44 en función de variables) pagó el pasado invierno la ‘Vecchia Signora’ por el que para muchos está siendo la revelación del curso en la Serie A. Solo el Real Madrid al hacerse con los servicios de Vinicius ha desembolsado una cantidad superior por un jugador nacido en el 2000. Pero por lo visto hasta ahora, el fichaje de Kulusevski se antoja más una apuesta segura que una moneda al aire.
De ascendencia macedonia pero nacido en Estocolmo y con nacionalidad sueca, Kulusevski se formó en la Atalanta, receptor del dinero pagado por la Juventus, pero su eclosión ha tenido lugar en un Parma en el que jugaba cedido por la ‘Dea’ desde principios del presente curso, y en el que permanecerá hasta finalizar el mismo según lo decidido por la Juventus.
Alcanzando el 1’86, está en las antípodas de ser un jugador torpe o desgarbado. Más bien todo lo contrato, se trata de un jugador veloz, ágil y dotado de una notoria inteligencia y lectura de juego que le capacita para atacar los espacios a las mil maravillas. Por todo ello, está habilitado para ocupar cualquiera de las posiciones de ataque, aunque en la que más se le ha visto ha sido en la de extremo derecho. Enfocado hacia dentro, eso sí, porque por encima de todo lo comentado, el principal punto fuerte de Kulusevski está en el guante y la clarividencia que atesora en la pierna izquierda. Con ella es capaz tanto de lanzar pases con precisión milimétrica como de poner en jaque al portero rival mediante un disparo habitualmente peligroso, ya sea optando por lo seco o por los tiros con efecto.
Superando a su modelo a seguir
Está por ver el protagonismo que le otorga Maurizio Sarri (o quien sea el entrenador) el próximo curso en la Juventus, pero todo apunta a que Kulusevski será de los que tira la puerta abajo para hacerse con un hueco en el ‘once’. Previsiblemente lo hará con un dorsal 44 que porta como parte de su voluntad de imitar al ahora ‘txuri urdin’ Januzaj cuando actuaba en el Manchester United. Un dato que sin duda resulta un ejemplo de lo rápido que superan algunos alumnos a los que entienden como profesores.
También se fijó mucho en su día en un Josip Ilicic al que en más de una ocasión ha regalado elogios en público. En este caso, compartiendo vestuario en la Atalanta aunque sobre el terreno de juego apenas coincidió con el esloveno unos 100 minutos.
Pronto, Kulusevski será el espejo en el que otros se miran.
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