Se resistía György Kurtág a componer una ópera. Había puesto música a textos de Dostoyevski, Safo o Kafka, pero el artista húngaro, heredero de la tradición de Liszt, Bartók o de su amigo Ligeti, se lo tomaba todo con calma. Al final, el recuerdo de la obra teatral de Samuel Beckett Fin de partida que vio en París en 1957, recién huido de su país invadido por los tanques soviéticos, actuó como estímulo. Y tras un decenio de elaboración, Kurtág estrenó en 2018 con 92 años en La Scala de Milán su primera ópera, una adaptación de aquel texto existencialista del escritor irlandés. Fue todo un acontecimiento musical y cultural que recibió el Opera Award al mejor estreno mundial.
Ahora, Fin de partida se estrena en España. Será el próximo jueves en el Palau de les Arts de Valencia, con idéntico montaje y los mismos protagonistas. Es “pura música, puro teatro y pura emoción”, según coincidieron en destacar esta mañana sus directores de escena, Pierre Audi, y de música, Markus Stenz, en la presentación. En esta ópera, que solo se ha visto en Milán y Ámsterdam, hay algo inusual: el compositor empleó todas las palabras del texto de Beckett, al mismo tiempo que “rellenó” con su música los silencios tan típicos en la obra del autor de Esperando a Godot, resaltó Audi. La pieza de Beckett es “muy fría, pero Kurtág (nacido hace 94 años en Lugoj, Rumanía, pero de nacionalidad húngara) convierte ese mundo en una ópera muy emotiva”, añadió el actual director del festival de Aix-en-Provence y amigo del compositor, uno de los más reconocidos de la música contemporánea, ganador en 2014 del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento por su “intensidad expresiva única”.
Esta ausencia de silencios no supone, sin embargo, una traición a la obra del dramaturgo del humor del absurdo, sino una interpretación del mismo, apuntó Stenz, “Es fascinante cómo la música provee de colores, no solo a partir del texto, sino también del subtexto”, señala el director musical, que agrega que la partitura es “totalmente única y diferente” a cualquier otra que él conozca.
Tanto Audi como Stenz incidieron en su agradecimiento a Les Arts por tener la “valentía de atreverse” a programar un espectáculo como este en un año lleno de incertidumbres por la pandemia de la covid-19. La situación de crisis sanitaria mundial otorga, además, “nuevos significados” al montaje. En este sentido, Audi recordó que en la obra los cuatro personajes se encuentran en un búnker debido posiblemente a una catástrofe bélica, tal vez una guerra nuclear -un elemento en el que Kurtág se muestra más interesado que Beckett- y “están esperando el final, cada uno de ellos de una forma distinta”. “En estos tiempos de covid, compartimos la espera y la ansiedad, aunque espero que en nuestro caso sea una expectación por un renacimiento”, comentó Audi.
Coproducida por La Scala de Milán y la Dutch National Opera de Ámsterdam, Fin de partida dura dos horas. “Solo que se estrene es casi es un milagro, teniendo en cuenta los tiempos que corren”, señaló el director artístico de la ópera valenciana, Jesús Iglesias. “Los momentos de crisis nos llevan a un empobrecimiento del repertorio con títulos más manidos, cuando realmente es tiempo de hacer hincapié en la necesidad de continuar en contacto con las estéticas actuales”, agregó.
El reparto está compuesto por el bajo noruego Frode Olsen (Hamm), el barítono británico Leigh Melrose (Clov), la contralto británica Hilary Summers (Nell) y el tenor italiano Leonardo Cortellazzi (Nagg). El elemento nuevo será la Orquestra de la Comunitat Valenciana. Los cuatro artistas, presentes en la rueda de prensa, tuvieron “la gran oportunidad”, destacaron los dos directores, de trabajar en talleres con el compositor.
Fin de partida se podrá ver en la Sala Principal de Les Arts los días 31 de octubre y 1 y 4 de noviembre a precios que oscilan entre 21 y 75 euros. El aforo de unas 1.500 butacas se ha reducido al 66% por la covid. Los espectadores deben ir provistos de mascarilla. El equipo técnico-artístico cuenta asimismo con escenografía y vestuario de Christof Hetzer, iluminación de Urs Schönebaum y dramaturgia de Klaus Bertisch. Después de Valencia, la ópera tiene previsto estrenarse en Lincoln Center de Nueva York y en la Ópera de París (en 2022), con el mismo elenco.
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