La 4T ante el Covid-19 y las decisiones de López-Gatell | Columnas políticas 13/03/2020

Ante la actitud del gobierno de México, el resto de la sociedad ha empezado a tomar acciones que van desde la más elemental prudencia hasta la franca paranoia social, destaca Reforma.

“Templo Mayor”, en Reforma:

“Los políticos están completamente a salvo del coronavirus, pues son expertos en lavarse las manos. Y ante la actitud del gobierno de México, el resto de la sociedad ha empezado a tomar acciones que van desde la más elemental prudencia hasta la franca paranoia social. Algunas empresas ya decidieron mandar a sus casas a sus empleados hasta nuevo aviso y varias escuelas comenzaron a suspender clases. En tanto las autoridades consideran buena idea permitir conciertos masivos como el Vive Latino en la CDMX o Pa’l Norte en Monterrey”.

“Frentes Políticos”, en Excélsior:

“El engranaje de la Cuarta Transformación no logra afinarse del todo gracias a personajes cuyos intereses van en contra de los del presidente Andrés Manuel López Obrador, quienes no permiten el correcto funcionamiento del proyecto de nación. Como infiltrados en casa, Morena tiene dos opositores en su bancada del Senado, Napoleón Gómez Urrutia, quien por testarudo quiere enfrentar al Presidente con los empresarios, con la ley sobre subcontratación, y Martí Batres, quien no supera no haberse quedado como presidente de la Mesa Directiva, una vez que acabó sin esplendor alguno su gestión, y en el pleno sólo tira tierra a Ricardo Monreal y a Mónica Fernández, presidenta del Senado. Napo y Batres se encaprichan en legislar a su conveniencia y no, por ahí no es”.

“Estrictamente personal”, de Raymundo Riva Palacio, en El Financiero:

“Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, no da señales de que en una década haya aprendido nada. Una parte de la crisis del AH1N1 en 2009 puede atribuírsele a él, quien como director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, no reaccionó con la velocidad que requería un brote de neumonía atípica durante marzo y principios de abril de ese año. Tampoco fue lo suficientemente capaz para aportar información correcta al entonces subsecretario, Mauricio Hernández, que estaba proporcionando información errónea al presidente Felipe Calderón, mezclando casos confirmados con casos por confirmar, por lo que estaba tomando decisiones equívocas. La alerta tardía sobre aquel brote epidemiológico obligó a Calderón a pedirle al secretario de Salud, José Ángel Córdova, que lo cesara. El gobierno decretó la alerta el 23 de abril y las medidas que se tuvieron que tomar para contener la pandemia fueron draconianas. A López-Gatell no lo despidieron, pero lo relegaron a responsabilidades menores”.

“Trascendió”, en Milenio:

“Napoleón Gómez Urrutia hizo valer, dicen morenistas del Senado, su “experiencia charra” y metió a la discusión de comisiones su iniciativa de outsourcing, despreciando la acordada por funcionarios federales, legisladores de todos los partidos, empresarios y gremios, echando mano de Martí Batres para dividir a la fracción y convencer a legisladores de otras, al grado que el líder de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, dijo al representante minero que si tanta confianza tiene en su nuevo aliado, le ceda la presidencia de la Comisión de Trabajo”.




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