Fernando Alonso y Alpine están que trinan. La sanción de 30 segundos por parte de la FIA al piloto asturiano tras una protesta de la escudería Haas sobre la seguridad de su coche hizo saltar por los aires la fenomenal actuación del bicampeón mundial, una situación que provocó la queja de la escudería francesa.
“El equipo actuó de manera justa y consideró que el automóvil permaneció estructuralmente seguro como resultado del incidente de Fernando con Lance Stroll. La FIA tiene derecho a mostrar bandera negra y naranja a un coche durante la carrera si lo considera inseguro y, en esta ocasión, evaluó el coche y decidió no hacerlo. Además, después de la carrera, el delegado técnico de la FIA consideró que el coche estaba en condiciones” lamentaron en Alpine tras conocer la sanción.
La indignación es aún mayor tras ver el distinto rasero que la FIA aplicó en el año 2019 con Lewis Hamilton, a quien no sancionó pese a haber perdido el retrovisor derecho en carrera.
También parecida fue la situación que el británico sufrió un año después en Silverstone, cuando sufrió un pinchazo en la última vuelta y llegó a meta a tres ruedas, prácticamente arrastrando el coche, con el acoso de Max Verstappen, segundo. En aquella ocasión tampoco hubo sanción para él.
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En esta ocasión, sin embargo, los jefes técnicos de la FIA dijeron a los comisarios que no era seguro conducir el coche con un espejo retrovisor que se movía y que se había caído.
“Un coche debe estar en condiciones de seguridad durante toda la carrera, y en este caso, el coche 14 (Alonso) no lo estaba“, dijeron los comisarios en un comunicado. “Esto es una responsabilidad del equipo Alpine”.
La penalización de 30 segundos hizo descender a Fernando Alonso de la 7º a la 15ª plaza, perdiendo 6 los puntos conseguidos sobre la pista.