SAN DIEGO, California — El gobierno del presidente Donald Trump anunció este martes que los solicitantes de asilo perderán la posibilidad de que se les conceda refugio en caso de ser condenados de conducir en estado de ebriedad o de delitos relacionados con pandillas.
La regla, que entrará en vigor el 20 de noviembre, es la más reciente en una serie de medidas para dificultar la obtención de asilo en Estados Unidos.
La medida no tendrá un impacto inmediato debido a una prohibición temporal relacionada con la pandemia emitida en marzo, que señala que las personas que ingresen ilegalmente al país sean expulsadas de inmediato por motivos de salud pública.
A pesar de que el asilo se niega desde hace tiempo a personas condenadas de “delitos particularmente graves”, la nueva regla añade una larga serie de crímenes como factor de descalificación, tales como: violencia doméstica, como delito grave o menor, agresión, reingreso ilegal al país, robo de identidad, fraude de prestaciones públicas, tráfico de inmigrantes y conducir bajo los efectos de alcohol o drogas.
Las reglas también negarían el asilo a personas condenadas por crímenes que un juez “sepa o tenga motivos para creer” que fueron cometidos a fin de apoyar a una pandilla callejera.
El dictamen, que se publicará el miércoles en el Federal Register, el diario oficial, firmado por el secretario de Justicia William Barr, rechaza muchas de las críticas que ha recibido desde que fue propuesto en diciembre pasado, incluyendo que la autoridad para declarar crímenes relacionados con pandillas era demasiado ambigua y propensa a errores. El gobierno hizo caso omiso de las críticas de que conducir bajo el influjo del alcohol no era una ofensa suficientemente grave para merecer el rechazo automático de la solicitud de asilo.
Una nueva actualización en la regla de inmigración impactaría a los patrocinadores de los inmigrantes que optan por la residencia o la ciudadanía. Este cambio podría impactar a quienes buscan aplicar por beneficios para sus padres, hermanos o hijos.
Grupos activistas criticaron la medida.
“El gobierno está demostrando una crueldad innecesaria al establecer estos nuevos límites en un sistema de asilo que ya fue diezmado desde que Trump llegó a la presidencia”, dijo Heidi Altman, directora política del National Immigrant Justice Center.
El asilo es para personas que huyen de la persecución por su raza, religión, nacionalidad, creencias políticas o pertenencia a un grupo social. No es para aquellos que migran por motivos económicos.
El presidente Donald Trump se ha referido al asilo como una “estafa” y ha implementado diversas políticas en su contra desde que Estados Unidos se convirtió en el país con mayor número de solicitantes de asilo en 2017.
Una regla propuesta en junio les otorga a los jueces la autoridad para rechazar solicitudes sin que exista una audiencia. Se han adoptado varios nuevos factores que afectan una solicitud de asilo, como el no pagar impuestos.
En julio entró en vigor una regla que les permite a las autoridades bloquear a solicitantes de asilo que provengan de países donde exista una alta incidencia de enfermedades infecciosas.
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