La ambiciosa agenda de reformas del primer ministro marroquí se estanca


El periodo de gracia ha expirado para el multimillonario Aziz Ajanuch, de 60 años, dueño de la segunda fortuna de Marruecos, después de la del rey Mohamed VI. El empresario venció en las elecciones legislativas de septiembre con la promesa del cambio, a pesar de que llevaba 13 años como titular del Ministerio de Agricultura y Pesca, clave en Marruecos. Ajanuch despertó la esperanza de mucha gente y provocó el mayor desplome en la historia del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD, que llevaba una década en el poder.

Su formación, la liberal Agrupación Nacional de Independientes (RNI), comenzó el 7 de octubre a gobernar en coalición con el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM, de ideología también liberal) y con el nacionalista conservador Istiqlal (PI). Ahora, tras cumplir el 15 de enero sus cien primeros días como primer ministro, la crítica más extendida es que Ajanuch aún no ha imprimido un cambio de rumbo en las grandes políticas de Estado.

En Marruecos están prohibidos los sondeos de opinión. Pero los medios han examinado de forma minuciosa los primeros tres meses. Y el resultado arroja críticas contundentes para Ajanuch. El semanario Maroc Hebdo, que suele acompañar las políticas del Palacio Real, sostiene que “el cambio tarda en llegar”. Y concluye: “El balance de etapa denota una falta de coraje político y una política económica que no se aparta de la vía clásica seguida por los antiguos Gobiernos”.

El semanario Tel Quel asegura que la vida cotidiana de los marroquíes ha cambiado muy poco. La revista citaba al dirigente opositor Nabil Benabdallah, secretario general del Partido del Progreso y del Socialismo (PPS), quien admitía que el Gobierno ha llegado en una situación difícil: inflación de precios en productos de primera necesidad, aumento de precios en los carburantes. “Lo que es llamativo es que no haya aún ninguna medida ni respuesta política a esas situaciones”, apuntaba Benabdallah.

El sitio digital Le360, estrechamente ligado al Palacio Real, tampoco ha ahorrado críticas hacia Ajanuch. Su columnista Adnan Debbarh resaltaba la “falta de ambición” del Ejecutivo. En otro artículo extraído a su vez del diario Al Ahdath, Le360 indicaba que el saldo de los cien primeros días en materia legislativa es más bien “reducido, por no decir muy modesto”. Y añade que solo ha puesto en marcha dos proyectos de ley.

El activista y economista Fuad Abdelmumni, miembro de la ONG Transparency Maroc advirtió a este diario de que “en Marruecos Gobierno no significa poder”. “Todo lo que es orientación estratégica o decisiones importantes depende directamente del rey”, añadió. “Así que son más bien los anuncios del Palacio los que podrían o no podrían cambiar la situación en el Estado”.

Abdelmumni reconoce que las promesas económicas y sociales anunciadas por Ajanuch son “deseables”, pero será imposible de mantener, dada la coyuntura actual. “Sobre todo en lo que se refiere a la tasa de crecimiento”. Y augura: “El pobre señor Ajanuch va a ser echado a los pies de los caballos en cuanto la catástrofe social o económica exija echarlo”.

Por su parte, la marroquí Intissar Fakir, responsable para África del Norte del Middle East Institute, indica a este diario desde Estados Unidos que estos tres meses han dejado claro que el Gobierno de coalición se centrará en poner en marcha la visión del Palacio de forma silenciosa, sin hacer frente a una gran oposición. Pero advierte de que la población espera que se alivie la presión económica de la pandemia y de que la paciencia se está agotando.

Estragos en el turismo

El cierre de fronteras aéreas a causa de la variante ómicron está causando estragos en el sector turístico, que abarca hasta el 7% del Producto Interior Bruto (PIB). El Gobierno ha impulsado una ayuda de 200 millones de euros para el sector hostelero. Pero de esas ayudas han quedado excluidas las agencias de viajes. Este miércoles miles de personas vinculadas al turismo organizaron sentadas y concentraciones en las principales ciudades turísticas del país para pedir la apertura de las fronteras.

Fakir explica que el Gobierno aprobó en diciembre una ley de finanzas donde las prioridad es la creación de empleo, los programas de apoyo social, incluida la seguridad social universal, un proyecto que el rey anunció el año pasado. “Pero hay pocos detalles sobre cómo se va a poner en marcha esa ley, como se va a financiar”.

Hay también algunas voces que sacan un saldo positivo de los cien días. Tal es el caso de Mohammed Jadri, director del Observatorio de la Acción Gubernamental, organización que nació con la llegada de Gobierno de Ajanuch. Jadri indicó a este diario que el Gobierno ha logrado sacar adelante 18 decretos para la puesta en marcha de cuestiones relacionadas con la cobertura social. “Y está haciendo un esfuerzo considerable para relanzar la economía”, añade. Y destaca la ayuda de 200 millones para el sector turístico.

Entre los puntos negativos, Jadri destaca el de la comunicación. Asegura que el Gobierno no ha sabido explicar algunas medidas relacionadas con la pandemia u otras como el proyecto de ley que prohíbe a los mayores de 30 años presentarse a las oposiciones para profesor.

La mayoría de los críticas coinciden en la falta de comunicación del Gobierno. El primer ministro concedió su primera entrevista precisamente al cumplirse los cien días de su llegada a la jefatura del Gobierno. Y en ella Ajanuch no aclaró cuándo se abrirá el espacio aéreo, que permanece cerrado desde el 29 de noviembre, tras ser detectada la variante ómicron. En cuanto a la crisis diplomática con Madrid, Ajanuch se limitó a evocar, sin mencionar a España, un discurso del 6 de noviembre en el que el rey Mohamed VI reclamaba a sus socios posturas más “ambiciosas y claras” sobre el Sáhara Occidental.

Ajanuch declaró en esa entrevista que sus primeros cien días han estado marcados por “signos claros de fidelidad a las promesas y los compromisos anunciados”. La entrevista, para el sitio digital Le Desk, fue decepcionante. Y añadía varios adjetivos que abundaban en las redes: “Insípida, blanda, vacía”.

Por su parte, el sitio digital Yabiladi, elaboró un artículo de verificación sobre la entrevista de Ajanuch y sobre diez afirmaciones pronunciadas por el primer ministro, ocho resultaron falsas y dos imprecisas. La primera falsedad, según el citado medio, es que Ajanuch dijo que la decisión de cerrar el espacio aéreo corresponde a un comité científico sobre la pandemia y un comité ministerial. Sin embargo, el comité científico solo tiene un papel de consulta, según declaró en su día el propio ministro de Sanidad, Khalid Ait Taleb.

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