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La ‘app’ que recupera restos olvidados de la Guerra Civil


Detrás de las grandes cifras de la Guerra Civil y de las batallas épicas, sea la del Ebro o el asedio de Madrid, se esconden numerosos restos olvidados por los libros de historia. Metralla en las paredes, refugios antiaéreos, checas, antiguos campos de concentración, paredones de fusilamiento… Huellas que invaden infinidad de rincones de España, pero ignoradas durante más de ocho décadas. La aplicación Vestigios de la guerra civil pretende cambiar esta realidad. 

Creada por Daniel Rodríguez, historiador, y José Ignacio Naranjo, programador informático, la colaboración de los usuarios resulta capital para que cumpla con las expectativas. Son los propios usuarios quienes geolocalizan los restos con el móvil y los comparten en la app. Para evitar errores, Rodríguez se encarga de cotejar los hallazgos. Una vez validados, aparecerán en el mapa interactivo de la aplicación. Y así con todo lo que suban. “Hay demasiadas zonas oscuras con respecto al patrimonio de la Guerra Civil. La gran mayoría está abandonado, vandalizado o tapiado. Es raro encontrar un sitio donde se hayan encargado de conservarlo”, sostiene el historiador.

Disponible por el momento únicamente en Android —los creadores prometen que llegará en las próximas semanas a iOS—, todas las entradas cuentan con el mismo formato: dónde se ubica, qué papel tuvo durante la guerra y qué restos permanecen. Esto cuando estamos frente ellos, porque, gracias al mapa interactivo y al GPS del teléfono, podemos observar cuáles son los vestigios más cercanos a nuestra posición. “Es una base que sirve para cualquier etapa histórica. Puedes crear la misma app para el reinado de los Austrias o la II Guerra Mundial. No sé hasta dónde llegaremos, porque, sinceramente, no nos reporta nada de dinero”, razona Naranjo.

En apenas dos semanas desde el lanzamiento, Vestigios de la guerra civil supera las 500 entradas y las 10.000 descargas. El culpable de que finalmente viera la luz tiene nombre propio: pandemia. Como reconoce el programador informático, el confinamiento le dejó el tiempo libre suficiente para desarrollar la aplicación mano a mano con Rodríguez; o, mejor dicho, llamada a llamada. No se conocen personalmente. Naranjo lo contactó por Twitter comentándole la idea y, a los pocos días, comenzaron a darle forma. “Aún no hemos tenido la oportunidad de ponernos cara. Vivimos en ciudades diferentes y con el coronavirus es imposible que quedemos”, asegura Naranjo.

No esperaban la buena acogida que ha tenido el proyecto. La sorpresa ha sido tal que han encontrado restos hasta fuera de España. En Guinea Ecuatorial, antigua colonia española, un usuario les informó de un barco hundido utilizado por los golpistas para viajar hacia la Península al comienzo de la guerra. “Había leído de la sublevación allí, pero ni se me habría ocurrido mirar allí. Está encallado cerca de la costa. Cuando baja la marea, puede verse”, apunta Rodríguez.

En España se han encontrado con varias sorpresas. En Valencia, por ejemplo, la restauración de un centro arte afloró a primera vista una antigua fábrica de material militar. Sin embargo, al seguir con los trabajos en el edificio, los propietarios encontraron un refugio antiaéreo completamente olvidado por la historia. En plena costa mediterránea han localizado también un barco mercante empleado por los republicanos. “El único inconveniente es que, salvo que sepamos bucear, resulta imposible contemplarlo”, apunta el historiador.

Fotografías en blanco y negro

Pese a que la iniciativa no ha hecho nada más que empezar, sus impulsores le dan vueltas a cómo mejorar la app. Naranjo se ha fijado en el archivo fotográfico de la Guerra Civil. Le gustaría coger estas imágenes en blanco y negro y superponerlas a las que los usuarios realicen ahora mismo de un sitio emblemático durante la contienda. Es decir, alguien retrata la plaza del Callao de Madrid y la aplicación te permitiría pegarle encima la mítica instantánea en la que aparece una miliciana con los cines Callao detrás de ella. “Es una técnica ya empleada por fotógrafos como Javier Marquerie y Sebastian Maharg. Crea un efecto chulo y sería un atractivo adicional”, zanja.

 

Rodríguez siempre ha estado muy implicado con la Guerra Civil y las nuevas tecnologías. Creó a finales de 2017 el perfil @Guerra_Civil_, desde el que tuitea lo que había ocurrido ese mismo día durante la refriega bélica. Ahora ha diversificado sus esfuerzos de memoria histórica con la app. Al margen de la comunidad que crea, la finalidad no es otra que rescatar un patrimonio abandonado y darle visibilidad. Algo que, según sus propias palabras, serviría para fomentar el turismo. “En Madrid, donde quedan muchísimos vestigios, podría utilizarse para crear rutas. Si se hiciera bien, los Ayuntamientos podrían restaurar los restos y colocar una placa explicativa”.

 

Resulta imposible predecir cómo será el mapa que terminen construyendo los usuarios de la aplicación. Eso sí, nunca había sido tan sencillo conocer uno de los episodios más trágicos de la historia española. Con cualquier teléfono podemos saber si la calle donde vivimos o por la que paseamos fue relevante entre 1936 y 1939. “Con que alguien mire la pantalla y consulte si por donde se mueve hay cosas que ni se había planteado, ya estaría contento”, concluye Rodríguez.




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