A nadie se le escapa que Iago Herrerín tiene una habilidad especial en el manejo del balón con los pies, que arriesga y con éxito en muchas ocasiones, aunque ello no es óbice para que en alguna ocasión cometa algún fallo. Entre los muchos aciertos que hubo la temporada pasada, uno se elevó a la categoría de genialidad y fue, precisamente, ante el equipo al que se medirá este domingo el Athletic.
Corría el 7 de enero de este año 2019, unos días después de haber rumiado el empate postrero ante el Valladolid en San Mamés (1-1), cuando Iago Herrerín firmó una jugada de ensueño para enseñar a los más jóvenes en las academias futbolísticas.
El escenario era Balaídos y el Celta ya había igualado el tanto inicial de Muniain a pase de Williams desde la derecha. Habituado a sacar con rapidez, el meta rojiblanco no solo lo hizo con celeridad, sino que encima soltó un envío de muy largo alcance que fue a parar a pies de Williams -la defensa celeste tampoco es que estuviera muy acertada al dejar botar el esférico y demostrar poca rapidez- y el delantero bilbaíno sacó rédito de su punta de velocidad para batir en la salida al meta gallego Rubén Blanco en el minuto 54. Esa diana fue vital, porque los bilbaínos sellaron su victoria y, así, salieron de la zona de descenso.
Un bendito enero
De esta manera, el Athletic obtenía la primera victoria a domicilio de la era Garitano en un mes de enero que fue todavía más fructífero, ya que concluyó este periodo con victoria ante el Sevilla (2-0), empate en Villarreal (1-1) y triunfo ante el Betis (1-0). Solo hubo la mácula de la derrota ante el conjunto hispalense en la ida de la Copa (1-3), en un choque en el que Garitano dio la alternativa a futbolistas que no eran habituales, aunque en la vuelta los rojiblancos se adueñaron del marcador (0-1) gracias al tanto de Guruzeta.
Ter Stegen le imita
En las últimas fechas, ha habido un imitador de la genialidad de Herrerín. Ter Stegen hizo lo mismo que el meta rojiblanco en Getafe para que Luis Suárez acabara la jugada con un sombrero que superó a Soria. Curiosamente, las dos obras de arte depararon sendos triunfos. Y a domicilio.
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