Entre todas las personas que de alguna manera representaban a la Real en La Cartuja, Mikel Alonso (Tolosa, 1980) aportó sus conocimientos en calidad de comentarista para el canal DAZN. Fue una noche con final feliz para el exfutbolista, que defendió la camiseta de la Real a finales de la primera década de este Siglo XXI. Una época en la que resultaba inimaginable ver al club levantar un título.
¿Qué significa esta Copa para la Real?
Un éxito impresionante. Ganar un título cuesta un montón. A nivel histórico ahí queda para este proyecto, el equipo, el entrenador… Ha pasado mucho tiempo desde el 87 y tiene un mérito impresionante. Hay que ponerlo en valor y celebrarlo, a pesar de las circunstancias.
¿Tener que esperar tanto para rematar una gran Copa ha sido la mayor incertidumbre?
Yo creo que en una final siempre hay incertidumbre. Más allá de que haya sido una espera larga. Siempre hay carambolas y deciden los detalles. Puedes estar bien y, de repente, te sale un mal partido. Recordemos la del 88, cuando la Real era favorita contra el Barça y perdió. Sí que es importante recordar que había dudas respecto a cómo podía responder la Real porque no está acostumbrada a jugar finales. Y creo que la Real hizo una buena final. Sin hacer un partido brillante, supo jugar. Con paciencia y aplomo, compitió dando la cara.
¿Qué se palpaba en el ambiente allá en La Cartuja?
La atmósfera fue extraña. Con un estadio tan grande y tan vacío… Pensar que era una final se hacía extraño. Había poco contacto con la gente. Yo apenas pude estar con nadie. A los jugadores se les veía de lejos. Si te hablo de la afición, por lo que se pudo ver en la semana previa, había mucho nerviosismo respecto a lo que podía pasar. La gente estaba súper atacada y es normal. El ambiente en el campo fue extraño. Una lluvia torrencial en Sevilla también fue bastante curiosa. La sensación fue de vacío, a pesar de que las gradas estaban engalanadas, con mucho colorido y mosaicos.
¿Tuvo la ocasión de estar luego con los campeones?
Estaba todo muy controlado, pero sí pude estar con gente del club, como Iñigo Almandoz. Con jugadores no pude estar. Parece que aguantaron un poco más dentro del estadio.
¿Qué tal su experiencia de comentarista?
Pues la verdad es que bien. Me llamaron y me apetecía mucho. No tengo mucha experiencia, pero un partido así… También era una buena excusa para ver el partido allí. Me gustó mucho cómo trabajan los profesionales de DAZN. Estaba nervioso al principio y luego me solté.Viví el partido de una manera diferente.
Cuente, cuente.
Estás pendiente de qué poder decir y no acabé de verlo ni como aficionado, ni estando totalmente relajado… Estaba más a la tarea y es otra manera de vivirlo. Se me pasó volando y ya te digo que fue diferente. No es como cuando están en el sofá o en la grada. Intentas ser objetivo y comentar cosas de los dos equipos. Al final, yo si veía algo del Athletic lo comentaba y Toquero (el otro comentarista de la retransmisión) hacía lo mismo con la Real si algo le llamaba la atención.
¿Es difícil contener las preferencias?
Intentas ser objetivo. Pero no sólo por estar comentando el partido. Querer que gane la Real no significa que no pueda ver las cosas con la mayor imparcialidad posible a la hora de evaluar cómo están jugando. Otra cosa es lo que yo quiera. Pero imagínate que el Athletic está jugando mejor. Son cosas que van aparte de lo que uno quiere.
¿Le conocía a Toquero?
De jugar contra él. Estuvimos juntos antes, durante y después del partido y me pareció un tío muy majo. Cercano y agradable.
¿Son encuentros que reflejan el ambiente que tiene que reinar en el fútbol vasco?
El único derbi que no es declarado de alto riesgo es el Real-Athletic y no es casualidad. Alguien me comentaba el otro día que fue una pena que no pudiera haber kalejira. Son aficiones que siempre nos han dado demostraciones.
¿Es el inicio de una época dorada para la Real?
Siempre hay que ser ambiciosos y aspirar a todo. La Real tiene crédito, eso desde luego.
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