La australiana Cambage, agobiada por la burbuja y un problema de salud mental, renuncia a los Juegos Olímpicos

Liz Cambage, defendida por la española Ndour, en un partido del Mundial de 2018.
Liz Cambage, defendida por la española Ndour, en un partido del Mundial de 2018.JAVIER SORIANO

Liz Cambage, una de las mejores jugadoras de la selección australiana de baloncesto y cuatro veces all star en la WNBA, ha anunciado que renuncia a competir en los Juegos Olímpicos de Tokio. La pívot de 29 años se ha declarado incapaz de soportar el agobio que supone la concentración en régimen de burbuja, unido a los problemas mentales que sufre desde hace tiempo.

“Me rompe el corazón anunciar que me retiro de los Juegos Olímpicos, pero creo que es lo mejor para las Opals (así son conocidas las integrantes de la selección australiana) y para mí. Les deseo la mejor de las suertes en Tokio y espero que sigan adelante y ganen una medalla de oro. Luz y amor”, concluye la jugadora nacida en Southwark, Londres. Su padre es nigeriano y su madre australiana y cuando ella era una niña se trasladaron a Australia, donde inició su carrera deportiva. En los Juegos de Londres 2012 logró la medalla de bronce con Australia.

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“Estoy muy lejos de donde quiero y necesito estar. No es ningún secreto que en el pasado he luchado con mi salud mental y recientemente he estado muy preocupada por el hecho de tener que preparar unos Juegos Olímpicos en régimen de burbuja. Sin familia, sin amigos, sin aficionados, sin un sistema de apoyo fuera de mi equipo. Es realmente aterrador para mí. El mes pasado tuve ataques de pánico, no dormí ni comí”, explica la pívot australiana, que juega en la WNBA con las Aces de Las Vegas, con las que promedió 14,6 puntos y 8,9 rebotes durante la última temporada.

“Cualquiera que me conozca sabe que uno de mis mayores sueños es ganar una medalla de oro olímpica con las Opals. Todos los atletas que compiten en los Juegos Olímpicos deben estar en su apogeo mental y físico, y en este momento yo no lo estoy”, explica Cambage. “Depender de la medicación diaria para controlar mi ansiedad no es el lugar en el que quiero estar ahora, especialmente cuando tengo que competir en el escenario deportivo más grande del mundo. Me conozco a mí misma, y sé que no puedo ser la Liz que todos merecen ver competir con las Opals. Al menos no ahora mismo. Necesito cuidarme mental y físicamente”.

La jugadora, de 2,03 metros y 97 kilos, número dos del draft de 2011, ha estado en el centro de varias polémicas al saltarse los protocolos de salud de su equipo en Las Vegas y también por haber intervenido en una pelea en un amistoso a puerta cerrada contra Nigeria. El responsable del Comité Olímpico Australiano, Ian Chesterman, afirmó que entienden y respetan la decisión de Cambage.

“Liz ha contribuido de manera importante al equipo olímpico australiano durante las dos últimas ediciones de los Juegos Olímpicos. Respetamos su decisión. Le deseamos lo mejor y que recupere su salud”. La selección australiana se encuentra concentrada en Las Vegas y este sábado tiene previsto disputar un amistoso contra Estados Unidos de preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio.

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