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La aventura que duró una semana


Las imágenes eran en blanco y negro y todo lo que ocurría lo contaba el NO-DO. La Real reedita el domingo una visita a Ceuta que realizó hace más de medio siglo, 56 años, con motivo de la Copa que entonces era en nombre de Franco y se denominaba como la del Generalísimo. Lo que ha cambiado desde entonces es el fútbol.



La Real ha tenido que organizar un viaje novedoso. El destino, Ceuta, se ubica en el mapa en el Norte de África y el acceso se las trae. La expedición, de hecho, aterrizará a Tetuán (Marruecos) antes de poner pie en tierra ceutí. Si en pleno Siglo XXI es un itinerario con aires precarios, imaginarse el que tuvieron que soportar los excursionistas en noviembre de 1964. José
Mari ChinoMartínez, capitán de la época y erudito en la materia de memorizar vivencias, define la aventura como “una odisea”.

Los viajes ahora son como un abrir y cerrar de ojos. La Real, sin ir más lejos, se desplaza el mismo día de un partido fuera de casa cuando la distancia lo permite y vuelve cuando termina la jornada. Aquella eliminatoria contra el Ceuta duró una semana. “Fuimos desde el martes o el miércoles y nos pasamos dos días para volver”, recoge ‘ChinoMartínez. Y el partido se jugó un fin de semana.

Al periplo no le faltaron anécdotas. “Nos fuimos en autobús y paramos en Sevilla para jugar un amistoso y sacar unas ‘perras’, que nos hacía falta”. Por aquel entonces, el presupuesto de la Real era más bien de andar por casa. “Luego cogimos el barco desde Algeciras a Ceuta, una odisea”, repite el exfutbolista pasaitarra.

Martínez se ríe con cada historia que dejó aquel episodio. “Es que yo he pasado por todos los apeaderos”, suelta. “Ahora son todo grandes estaciones”.

Un ambiente “duro”

Una vez en Ceuta, la Real siguió recopilando vivencias para toda la vida. El campo respondía al mismo nombre que el actual, Alfonso Murube, con el matiz de que la superficie no era la hierba que se esperaban los txuri urdin. “Tuvimos que jugar en gravilla”, cuenta Martínez. Las inesperadas condiciones fueron un problema que los realistas tuvieron que resolver sobre la marcha. “Nosotros llevamos nuestras botas de siempre y tuvimos que arrancarles los tacos”, relata el exdefensa de la Real sin perder el humor: “A 80 kilómetro por hora de aquí a Algeciras para jugar en un campo de gravilla”.

Martínez se acuerda de que la población ceutí abarrotó el campo y de que “allí no había nada más”. El ambiente era “duro”, con “militares” en la grada y los presentes “muy chillones”. No se puede decir que la Real no lo acusara porque perdió 3-2, sufriendo de lo lindo, según cuentan las crónicas.

Atotxa dictó sentencia en la vuelta. La Real ganó 4-0 y se tomó la justicia por su mano: “Vinieron con playeras, tacos de goma y las pasaron canutas”


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