La banda de ‘La ruleta de la suerte’: “Tenemos el trabajo con el que sueña cualquier músico”


En marzo de 2012, hace ahora 10 años, nacía la banda de La ruleta de la suerte. El veteranísimo y muy consolidado concurso de Antena 3 (aterrizó en España en 1990, se emite desde 2006 de forma ininterrumpida y es líder de su franja: ha cerrado marzo con una media de 1,8 millones de espectadores), se convertía así en el único programa diario de la televisión española en tener música en directo. Desde entonces, Joaquín Padilla, Chema Bejarano y José del Val tienen el que, aseguran, es uno de los trabajos más envidiados por los músicos españoles. Después de grabar los tres programas que ruedan casi del tirón en una mañana a mediados de marzo, los tres músicos se sientan en las gradas del ruidosísimo público de La ruleta —unos bancos en cuyos respaldos están pegados folios escritos a mano con las letras que canta el público mientras gira la ruleta— para charlar con EL PAÍS.

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Arranca Chema Bejarano, el teclista del grupo, ahora sin sus inseparables gafas de sol: “Yo llevaba muchos años trabajando en Antena 3, colaborando con productoras, haciendo programas… Me metí en el mundo de la televisión hace 20 años, como técnico de sonido y ambientador musical en Gran Hermano, La casa de tu vida, Sabor a ti, ¿Dónde estás, corazón?… Un día nos dieron la idea de participar en el programa montando una banda. Llamé a mis compañeros, que se alistaron rápidamente. Vinimos a hacer una prueba y aquí nos hemos quedado de interinos durante 10 años”.

La vida musical había cruzado antes sus caminos. Joaquín Padilla, cantante y guitarrista de la banda, era la voz del grupo de rock Iguana Tango, nacido a finales de los noventa, pero que despegó al actuar en directo en Gran Hermano en 2003. “En una semana éramos número uno en Los40. La tele es lo que tiene, para lo bueno y lo malo, es un escaparate brutal”, dice Padilla. Allí trabajaba Bejarano, que ya había colaborado en otros programas de la productora Zeppelin y en Gran Hermano ejercía de ambientador musical, y que, a su vez, conocía a José del Val (batería de la banda de La ruleta) de haberse cruzado antes laboralmente. Este último había trabajado en el sonido de un programa de cocina. “He hecho de todo, pero siempre relacionado con el espectáculo”, cuenta Del Val. “Los músicos nos conocemos todos, y cuando te sale un trabajo, tiras de la gente que conoces y sabes que te va a dar rendimiento, llega a su hora y se ajusta más al programa”, sigue Padilla. Porque además de tocar las versiones de temas de todos los estilos y todas las épocas, en La ruleta estos tres músicos tienen que regular su propio sonido y adaptar las canciones a las limitaciones que tienen.

La tele, para lo bueno y lo malo, es un escaparate brutal

Joaquín Padilla

“Estaba recordando la prueba que hicimos para entrar. Tuvimos que preparar un tema de Rocío Jurado, otro del Dúo Dinámico y otro de Coti. Menudo abanico”, dice Padilla. “Nos subimos ahí, montamos las cosas y aquí estaban mirándonos el director, el productor y seis o siete personas. Las tocamos una detrás de otra, todo un poco seco. No fue el público más entregado”, ríen recordando el momento. “Pero veníamos muy preparados, nosotros veníamos a quedarnos, lo teníamos clarísimo. El producto era bueno, si lo rechazaban era problema de ellos”, completa José del Val.

Para preparar los temas que tocan en La ruleta de la suerte, la banda no cuenta con apenas tiempo. Las canciones, elegidas por el director del programa, Nacho Correa (“¿tú te crees que si pudiéramos elegir los temas nosotros haríamos alguno de Joselito, por ejemplo?”, responde Joaquín Padilla cuando se les pregunta quién selecciona las canciones), les llegan un día antes de grabar. Por separado los preparan en casa. Graban tres programas dos días por semana, y unos 15 minutos antes de empezar, los músicos ocupan sus puestos en lo alto de la grada mientras los concursantes practican en la ruleta y les explican cómo funciona el juego. La primera vez que tocan la canción se minuta, es decir, se mide su duración, cómo empieza, cómo acaba, qué movimientos hará la cámara en cada momento… “Entre programa y programa intentamos por lo bajini ensayar, pero solo lo podemos hacer si Jorge [Fernández, el presentador del programa] no se da cuenta o no hay mucho jaleo. Pero si Jorge mira para arriba, sabemos que tenemos que callarnos y esperar porque estamos molestando”, cuenta Padilla.

Joaquín Padilla, José del Val y Chema Bejarano, la banda de ‘La ruleta de la suerte’. / SANTI BURGOS

Cuando comienza la grabación, no se para salvo catástrofe, así que solo tienen una oportunidad para hacerlo lo mejor posible, “con la dificultad que es para un músico estar parado media hora y de cero a 100 ponerte a cantar Metallica”, dice el cantante. No ocultan que alguna vez ha habido fallos o desajustes. “Pero qué quieres que haga cuando me toca cantar un tema de Niña Pastori o de King África”, continúa Padilla. “La primera semana que entramos aquí, nos ponen un especial de la Feria de Abril. Con camisa de lunares, un sombrerito y vestidos de faralaes, a tocar sevillanas”, recuerda Bejarano. “Lo único malo de este curro es que, cuando vas a otro, no puedes decir ‘no, eso no lo hago’, porque aquí ya has hecho de todo”, completa el cantante. “A Joaquín le mata Rocío Jurado”, continúa José del Val. “Él sí que está expuesto, porque la voz es lo más difícil. Nosotros somos músicos, con un instrumento puedes imitar cualquier cosa, vas a dar más o menos el pego, ¿pero la voz? Es muy complicado”, prosigue.

“Este es un entorno hostil para un músico”, tercia Padilla. Son muy conscientes de que no están en un programa musical, sino haciendo televisión de entretenimiento. Tampoco se lo pone fácil el público. El día en el que EL PAÍS acude al plató, las palmas del público acompañando uno de los temas de la banda iba claramente desacompasado con la música. “Imagínate estar aquí tocando una balada y estos 70 hooligans dando patadas y golpes en la grada… Una o dos veces hemos tenido que parar porque era imposible, tuvimos que pedir que no dieran palmas y no hicieran ruido”, recuerda Bejarano.

Este es un entorno hostil para un músico

Joaquín Padilla

La ruleta también les ha dado una gran exposición mediática. Para bien y para mal. “En realidad nosotros lo llevamos bien porque es Joaquín el que se lo chupa todo”, ríe Jose del Val. “El problema que tiene el mundo en general es que creemos que el mundo es solo lo que aparece en las redes. Si tienes a 100 tíos que son unos haters, no puede hacerte olvidar lo que te encuentras todos los días por la calle, que no ven los demás, con gente que te da un abrazo, te invitan… El cariño que recibimos en la calle es brutal. Y de los artistas que tocamos sus canciones, porque saben lo que cuesta lo que hacemos”, dice Padilla. Él mismo habla de una campaña de recolección de firmas que alguien abrió en la web Change.org. para pedir que cambien al cantante del programa. “Han recogido 490 firmas. ¡Nos ven casi dos millones de espectadores en España diarios! Ayer 3.700.000 personas nos vieron al menos un minuto. Pero hay 400 que tienen mucho tiempo libre y que no quieren moverse porque sube la luz, sino para que me quiten”.

¿Tocar en La ruleta les da para vivir? “Lo que da es estabilidad”, dice Bejarano. “Y nos da algo muy importante, tiempo. En dos días hemos hecho el curro y tenemos tiempo para bolos, clases… Sentimos decirlo, pero tenemos un curro muy cómodo, muy agradecido. Para mí, el mejor curro que haya tenido nunca. Posiblemente, no el mejor pagado, pero sí el más bonito. Tocar en directo en la televisión para tantos millones de personas es maravilloso”, continúa Bejarano. Él compagina La ruleta con la ambientación musical de laSexta Noche, donde trabaja hasta las tres de la madrugada todos los sábados. Además, hace arreglos musicales, fondos, cabeceras, música para series, jingles… “Y también estudio y como tengo cuatro hijos, no me da para mucho más la vida”, añade el teclista. José del Val da clases, toca en directo, estudia… “Esto en realidad solo es algo más”, dice. Joaquín Padilla tiene con su esposa, Chus Herranz, un proyecto musical, Entrelazados, con el que acaban de sacar disco. “La ruleta me deja tiempo para tocar, ensayar, hacer una vida de artista”.

Es el mejor curro que haya tenido nunca. Posiblemente, no el mejor pagado, pero sí el más bonito

Chema Bejarano

Desde su amplia experiencia en el mundo musical, la banda cree que la música está más viva que nunca, pero su diagnóstico no es tan optimista para su industria. ¿Es sencillo hacerse un hueco ahora en la música? “¿Entre los colombianos? No hay más que colombianos, Shakira, Yatra, Camilo, Juanes… Me caen muy bien, pero es complicado hacerse hueco”, dice Chema Bejarano. “Es complicado si no haces ese estilo. Se ha monopolizado el estilo. En los ochenta estaba un tipo de pop de La Unión, Mecano…, luego el rock de La Frontera, el toque latino de Radio Futura, Tam Tam Go… Ahora el urban lo ha canalizado todo, y hace que, o bien ya estabas o estás ahí, o si no, hay un vacío para el resto más allá de los géneros que tienen su propia idiosincrasia como el heavy metal o el flamenco. Lo que yo llamaba pop ahora es pop clásico, Alejandro Sanz, Malú… Ahora somos otra cosa. Es complicado para quien no haga eso”, dice Joaquín Padilla.

Llevamos unas 6.000 canciones tocadas. ¡6.000 canciones destrozadas!

Chema Bejarano

No llevan la cuenta de cuántas canciones han tocado en el programa, pero en noviembre de 2019 celebraron sus 4.000 temas, así que calculan que serán unas 6.000. “¡6.000 canciones destrozadas!”, bromea Chema Bejarano. Tantos años y tantas canciones podrían hacer que se les pasara por la cabeza dejar La ruleta. “¡Pero si es el mejor trabajo con el que posiblemente sueñe cualquier músico que nos pueda estar viendo en casa!”, dice Chema Bejarano. “Nuestra profesión es muy inestable. Un músico se pasa enero, febrero, marzo, abril… en su casa soñando con que te llamen para una gira o te salgan bolos. Esa presión no la tenemos porque tenemos trabajo siempre. Entre que nos lo pasamos muy bien, nos llevamos muy bien, el programa mola, te da tranquilidad, te da un sueldo… ¿Dejarlo, por qué?”, dice Padilla. “Aunque, hombre, a lo mejor si nos dicen que nos vamos con Jimmy Fallon…”, concluye entre risas.

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