“Soso, serio y formal”. Así arranca el vídeo del candidato del PSOE a presidir la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, vencedor en las elecciones autonómicas de 2019. “Algunos dicen que soy un soso. Si es por sosegado, puede que tengan razón. Será porque no creo en la bronca, porque cuando hay gritos, pido la palabra. Porque cuando se trata de la pandemia, la vacunación y la recuperación económica, no resumo mi programa en un tuit. Tengo mucho más que decir”, relata en la grabación. Este sábado, en su presentación como candidato, arropado en la sede de Ferraz por el presidente, Pedro Sánchez, la plana mayor del partido y pesos pesados de La Moncloa como Félix Bolaños y Paco Salazar, Gabilondo ha hecho un llamamiento a concentrar el voto transversal y anticrispación: “Creo en el Madrid libre, el de nuestros estudiantes, en el Madrid de la Puerta del Sol que dice no a la ultraderecha, el Madrid del salto a la democracia, el Madrid del 15-M, el Madrid de los balcones aplaudiendo a nuestros sanitarios. El Madrid progresista, rebelde, inconformista, cultural y dinámico que somos”. Para Sánchez, “Ángel representa la gestión, el sosiego y la responsabilidad frente al griterío”.
Las elecciones a la Comunidad de Madrid del 4 de mayo, para las que aún quedan más de seis semanas, se han convertido en unas minigenerales en las que los partidos se volcarán con todos los recursos disponibles. Y con estrategias totalmente diferentes: los candidatos del PSOE, Ciudadanos y Más Madrid, como este sábado Gabilondo, están ya reivindicando la moderación frente a lo que consideran un discurso radical de Unidas Podemos, PP y Vox. Dos formas de entender la política cuyo rédito electoral está por ver en un país inmerso en una grave crisis sanitaria, social, económica, política e institucional.
El vicepresidente segundo del Gobierno ha dado el salto a la política autonómica dispuesto a asegurar la entrada de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid —el listón es uno de los más exigentes en todo el país (5% de votos)— yendo al choque con Isabel Díaz Ayuso. “Es más que probable que cuando se investigue de verdad a la señora Ayuso sea imputada y acabe en prisión”, afirmó este viernes sin aclarar a qué se refería. “España me debe una, hemos sacado a Pablo Iglesias de La Moncloa”, había dicho previamente la presidenta de Madrid. Su mantra de campaña original iba a ser “Socialismo o libertad”. Ya con Iglesias en el tablero pasó a ser “Comunismo o libertad”.
Verónica Fumanal, exdirectora de comunicación de Pedro Sánchez y presidenta de la Asociación de Comunicación Política, afirma: “Las campañas electorales son un elemento de contraste, y ante una campaña que ya sabemos que va a ser muy polarizada por Ayuso e Iglesias, el PSOE y Más Madrid han optado por perfiles que aportan tranquilidad y sosiego. Son candidatos absolutamente creíbles, no ofrecen algo que no sea real, pero habrá que ver si funciona”. A su juicio, Iglesias “no le quita un solo voto a Ayuso ni viceversa. Son dos perfiles que cohesionan a sus filas”. “Por su parte, los moderados no movilizan a la contra: no va a haber ningún votante de derechas que vaya a votar porque tenga miedo a que salga Gabilondo”.
Paloma Piqueiras, doctora en Comunicación por la Universidad Complutense y asesora de asuntos públicos, opina: “Es lógico que haya partidos que apuesten por la moderación. La desafección y el hartazgo políticos crecen cada vez más; los jóvenes se alejan de la política”.
“Los focos de polarización de la campaña”, añade Piqueiras, “van a estar en los discursos de Ayuso e Iglesias. Son quizá los partidos que más tienen que ganar, pero también los que más tienen que perder. Entiendo que Iglesias apretará al máximo para tensionar y atraer el máximo voto posible. En el otro polo está Ayuso, que ahora está en asegurar votantes y que no se los quite Vox”. Fumanal reclama que no se olvide el discurso de Mónica García sobre la propuesta del secretario general de Podemos de una candidatura conjunta con Más Madrid. “Fue un golpe en la mesa: la reivindicación de las mujeres y su capacidad de liderazgo. Señor Iglesias,no necesitamos que vengan a rescatarnos”.
Mónica García responde al ofrecimiento de Pablo Iglesias de presentar una candidatura conjunta.
En un contexto tan abierto, sin que pase un día en el que la política española sorprenda con el último mensaje incendiario, una de las claves de las elecciones de Madrid será qué forma de entender la política se impone. En el pistoletazo de salida de la campaña de Gabilondo en Ferraz, Sánchez ha esgrimido: “En este sistema multipartidista, Ángel es el único candidato que puede pactar con ambas manos”. Gabilondo ha remarcado su intención de no caer en polarizaciones. “Frente al histrionismo con que ha empezado la campaña, acepto con entusiasmo representar la seriedad. ¡Bienvenida sea la seriedad!”. El presidente del Gobierno le ha secundado: “Si algo no es en absoluto Madrid es extremismo, odio, intolerancia. Es dinamismo y oportunidades, salvo cuando hablamos de política. La contribución del Gobierno de Madrid ha sido cero en gestión y en soluciones [en la pandemia]. Madrid ha sido la única región contraria al cierre perimetral en el puente de San José y en Semana Santa”. Sánchez ha resumido la gestión de Ayuso como “un páramo”: “Solo ha aprobado una ley en dos años: qué casualidad, la que modifica la ley del suelo. La que tiene que ver con lo de siempre, con la especulación cuando gobierna el PP”, ha dicho. “Frente a ese cero en gestión, ha habido infinita crispación, multitud de gritos, desplantes y muchos fuegos artificiales. Justo lo que menos necesita Madrid. Dejamos los gritos a otros. La mayoría de los madrileños no ven a la política corrosiva y destructora. El espectáculo se lo regalamos a los demás”, ha abundado.
“Gobernar en serio” es el lema de campaña escogido por Ferraz y La Moncloa para las elecciones adelantadas por Isabel Díaz Ayuso el pasado 10 de marzo con la excusa de que el PSOE y Ciudadanos podían presentar una moción de censura, como ocurrió en Murcia. Justo ese día el Ejecutivo de coalición que presidía iba a cerrar un acuerdo de Presupuestos con Vox para la región, que tiene las cuentas públicas prorrogadas desde 2019.
“En Madrid no falta dinero, lo que sobra es este espectáculo. Dicen que soy demasiado formal, será porque el descaro y el insulto no me representan. Será porque no creo ni en el odio ni en la tensión. Será porque, definitivamente, no soy un político de marketing”, se ha definido Gabilondo. El exministro de Educación con José Luis Rodríguez Zapatero ha lamentado la “degradación de la política” en la locomotora económica de España a la que contribuyen los “eslóganes ridículos y demagógicos y los gritos que no dejan escuchar las razones”. Toda una alusión implícita al “socialismo o libertad” con el que Ayuso convocó el adelanto electoral y que días después, tras el salto de Pablo Iglesias a la política madrileña, adaptó a “comunismo o libertad”.
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