La bebida que no creerás que tiene efectos analgésicos y consigue bajar la fiebre

La fiebre es uno de los síntomas más comunes de muchas enfermedades, y aunque existen distintos medicamentos que han sido específicamente desarrollados para combatirlas, no siempre resultará necesario recurrir a fármacos para reducirla. Por esto te mostramos la bebida que no creerás que tiene efectos analgésicos y consigue bajar la fiebre.

Estamos refiriéndonos a la tónica, fórmula que le debemos al relojero y joyero Johann Jacob Scheweppe, que fue su “inventor”.

Allá por el siglo XVIII, este hombre decidió que era buena idea inyectar unas cuantas burbujas a esa mezcla refrescante que tanto le gustaba, y luego decidió agregarle algunos saborizantes, una receta que se ha mantenido prácticamente inalterable en la historia, y por eso la tónica Scheweppes lleva una leyenda que reza desde 1783, en referencia al momento en el que se creó este refresco.

La bebida que consigue bajar la fiebre

Tampoco podemos dejar de mencionar el mérito de William Cunnington, un colono británico que vivía en la India y que, al observar cómo los nativos consumían gustosos del árbol del quino para combatir la fiebre, tuvo la ocurrencia de unir el refresco con un preparado botánico propio de la enfermería India, lo que daría lugar al producto que podemos comprar hoy en día.

¿Por qué la tónica baja la fiebre?

Probablemente te estarás preguntando qué tiene la tónica y qué no tienen otros refrescos, y que hace de ésta una buena opción para controlar la temperatura corporal. Y el secreto está en ese fruto del árbol del quino, con sus propiedades terapéuticas ya usadas por sociedades antiguas. Por ejemplo también los quechuas, en los Andes, habían aprovechado sus múltiples beneficios y aportes.

La tónica es digestiva, antipirética, analgésica y antipalúdica, propiedades que difíciles de encontrar todas juntas en un mismo elemento, y pronto los ingleses descubrieron que debían popularizarla entre todas sus colonias, no tanto por los nativos, sino más por sus propios enviados a diversas partes del mundo, proveyéndoles así de un remedio universal para cualquier enfermedad local.

Su sabor, un obstáculo que debió ser superado

Por último, incluso en estos días algunos consumidores reniegan del sabor de la tónica, un gusto particular que poco a poco fue conquistando el paladar no sólo de los españoles sino del planeta entero, gracias a publicidades en las que se recomendaba beberla con hielo y limón. Mientras, en otros lugares, su adopción tuvo más que ver con la ginebra, y de ahí el surgimiento del gin tonic.


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