El gran proyecto al que aspira la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y su presidente Luis Rubiales es la organización del Mundial de 2030. Una propuesta conjunta con Portugal y en la que finalmente se ha unido Ucrania, con una sede. Un gesto de la candidatura ibérica para solidarizarse con el país en guerra y potenciar su futuro tras el conflicto, que en la federación esperan que acabe lo antes posible.
Desde los despachos de la Ciudad del Fútbol de la Rozas, con una propuesta solvente, trabajada desde hace años, son optimistas de cara a la elección que se hará en 2024, tal y como comunicó el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en su última rueda de prensa en Qatar. Otra opción seria competidora será la Sudamericana, que une a Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile, aunque en las últimas semanas ha emergido una potente candidatura liderada por Arabia Saudita, que apunta a gran rival y a la que temen por su poderío económico.
La normativa de la FIFA no permite que en 2030 el Mundial se dispute ni en Norteamérica, porque la próxima edición será en Estados Unidos, México y Canadá, ni en Asia, porque esta última ya se celebró en Qatar. Pero los saudíes han encontrado la manera de poder presentarse, con un plan intercontinental en el que también incluyen a Egipto y Grecia, con quienes abarcarían a África y Europa. A pesar de ello, el motor de la candidatura sería Arabia Saudí, que incluye el proyecto en el programa Sports Vision 2030, con el que pretenden potenciar su economía más allá del petróleo y convertirse en referencia mundial en varios ámbitos, también en el deportivo.
El éxito organizativo del Mundial en Doha ha potenciado el interés en Riad, que ha mirado con recelo a sus vecinos, aplaudidos por la FIFA ante el éxito organizativo de la reciente Copa del Mundo. En Arabia llevan tiempo invirtiendo en fútbol como estrategia para poder optar a la organización del torneo deportivo más importante tras los Juegos Olímpicos.
Es por ello que han apostado muy fuerte para hacerse con un equipo en la Premier League, la que consideran la mejor liga del mundo, y quieren convertir al Newcastle en un primer espada. Además, han firmado a Leo Messi como imagen corporativa para atraer el turismo a su país y sueñan con que juegue en su liga doméstica en un futuro. También están potenciando los clubs de su liga, como el Al-Nassr, que fue propiedad del príncipe Faisal Bin Turki, y con Quiddiya, un potente fondo público de inversión saudí, detrás. Dicho equipo quiere intentar hacerse con leyendas en activo, como el caso de Cristiano Ronaldo, con el que hace semanas que están acercando posturas ofreciéndole el mejor contrato de la historia del fútbol, o de Sergio Busquets, que hoy explicamos en MD. Y han importado la Supercopa de España los últimos años. Por dinero en la candidatura saudí, no será.
Trabajo en silencio
Desde la RFEF, por su parte, siguen haciendo su camino, en silencio, sin prisa pero sin pausa. Durante el pasado Mundial en Doha el presidente Rubiales mantuvo una agenda muy apretada, con infinidad de reuniones y encuentros con diferentes federaciones para presentarles la propuesta ibérica de cara al 2030 y empezar a captar su voto. Más allá de los europeos, el ‘feedback’ que recibieron fue muy bueno, especialmente de la Concacaf, que aglutina muchos votos.