La caravana de un gobernador colombiano sufre un ataque con explosivos

El gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, en una imagen de sus redes sociales en diciembre de 2020.
El gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, en una imagen de sus redes sociales en diciembre de 2020.RRSS

Los grupos armados ilegales aún proyectan una alargada sombra sobre Colombia, donde una seguidilla de amenazas contra figuras públicas hace temer el regreso de las peores épocas de violencia. La caravana de Juan Guillermo Zuluaga, el gobernador del departamento del Meta, una región golpeada por el conflicto armado en el centro del país, sufrió la tarde de este lunes un ataque con explosivos durante un recorrido por un paraje rural de La Macarena, una de las zonas históricamente copadas por la extinta guerrilla de las FARC. Tanto el dirigente político del Partido de la U como sus acompañantes resultaron ilesos.

“Estamos muy bien, gracias a dios. Llevamos tres días de recorrido en Macarena, en Mesetas y en Uribe, en el sector rural, y no vamos a parar nuestros recorridos de trabajo con la comunidad, de restablecer la confianza”, manifestó Zuluaga por la noche en un mensaje grabado desde una base militar de la zona, en el que confirmó el incidente sin entrar en detalles ni señalar responsables. “Sabemos y entendemos que a los delincuentes y los bandidos no les gusta que el Estado haga presencia. No vamos a parar, nuestro trabajo sigue”, reiteró al agradecer los mensajes de apoyo y la labor de las fuerzas armadas. En la mañana había publicado en sus redes sociales imágenes de la caravana de unos 30 vehículos. El Meta es la puerta de entrada a los extensos territorios que componen los Llanos Orientales de Colombia.

La zona donde fue atacado el también exministro de Agricultura durante el final del mandato de Juan Manuel Santos (2010-2018) sufre el azote de las disidencias de las FARC que se apartaron del acuerdo de paz sellado hace cinco años. En particular las encabezadas por Miguel Santanilla Botanche, alias Gentil Duarte, unas de las facciones más poderosas. “El mayor reto lo tenemos en el sur del Meta, donde disidencias de las FARC, comandadas por Gentil Duarte, quieren llenar de coca esa zona del departamento, pero no la tienen fácil”, había diagnosticado Zuluaga en octubre de 2020 en una entrevista con el periódico El Espectador.

El ataque se conoce en medio de un pronunciado deterioro de la seguridad, con recurrentes masacres en diversos lugares de la geografía colombiana y el incesante asesinato de líderes sociales y de excombatientes que firmaron la paz. A ese clima enrarecido se añaden las amenazas contra líderes políticos. El gobernador del departamento caribeño del Magdalena, Carlos Caicedo, denunció en agosto que se vio obligado a abandonar brevemente el país ante un inminente plan para asesinarlo por parte del Clan del Golfo, una banda del narcotráfico heredera de los grupos paramilitares. E incluso el helicóptero en el que viajaba el presidente Iván Duque fue atacado en junio con ráfagas de fusil en Cúcuta, en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, en una acción que las autoridades atribuyeron a las disidencias.

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