La carga de vehículos eléctricos ha avanzado mucho en los últimos años.
Hasta hace poco, los viajes por carretera requerían mucha planificación previa. Las velocidades de carga eran lentas, lo que requería paradas que fácilmente se extendían más allá de los 30 minutos. Las sesiones se vieron obstaculizadas por equipos rotos o destrozados o por propietarios desconsiderados de automóviles que funcionan con combustibles fósiles que bloqueaban los puntos de carga.
Afortunadamente, esos días han terminado en gran medida. Las redes de carga de hoy en día son más grandes y más confiables, y muchos vehículos eléctricos nuevos pueden agregar una cantidad decente de rango en solo 20 a 30 minutos. Pero eso no significa que el mercado no esté maduro para la disrupción.
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