La Casa Blanca ve “improbable” cumplir la promesa de recibir a 60.000 refugiados este año

Migrantes centroamericanos son deportados por elementos de la Patrulla Fronteriza en la Ciudad de McAllen, Texas EU.
Migrantes centroamericanos son deportados por elementos de la Patrulla Fronteriza en la Ciudad de McAllen, Texas EU.Monica Gonzalez

La Casa Blanca ha anunciado este viernes por la tarde que es “improbable” que Estados Unidos acepte a 60.000 refugiados este año, como se comprometió el presidente Joe Biden. Durante la mañana el Gobierno del demócrata informó que mantendría la cuota de 15.000 refugiados, un mínimo histórico que dejó la Administración de Donald Trump. La decisión provocó un alud de críticas del ala progresista del Partido Demócrata y de las ONG de refugiados, por lo que echaron pie atrás. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Pskai, aseguró que van a elevar la cuota y que está se dará a conocer el 15 de mayo.

Desde el pasado 1 de octubre, cuando arrancó el año fiscal en Estados Unidos, apenas 2.000 personas que huyeron de la guerra y de la persecución en sus países han sido aceptadas en la potencia mundial. La decisión de este viernes también incluye ampliar el número de sitios desde donde se puede solicitar asilo.

Biden firmó este viernes tres órdenes ejecutivas que buscan revertir la ofensiva antiinmigratoria que estableció Trump. Una de ellas extiende las locaciones desde donde se puede solicitar asilo. El mandatario declaró esta mañana que la admisión de hasta 15.000 refugiados este año “sigue estando justificada por preocupaciones humanitarias y, por lo demás, es de interés nacional”. “Este es solo el comienzo”, advirtió Psaki. “Necesitamos reconstruir el programa de reasentamiento y estamos comprometidos a seguir aumentando el número de refugiados”, agregó en Twitter.

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Congresistas del ala más progresista del Partido Demócrata, como Alexandria Ocasio Cortez, mostraron su rechazo a la “inaceptable” decisión de Biden. La representante Ilhan Omar, una exrefugiada, calificó la decisión como una “desgracia” que ponía el riesgo la vida de niños y niñas en campos de refugiados. “Lo sé, porque yo fui una”. Agencias de reasentamiento de refugiados, que operan bajo el mandato del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), también se quejaron por la promesa incumplida del mandatario.

Tras el alud de críticas, la portavoz Psaki se excusó diciendo que había una “confusión”, y que la Administración Biden sí subirá la cuota de refugiados. En un comunicado sostuvo que el mandatario ha estado consultando con sus asesores para determinar la cantidad que podrían ser admitidos de manera realista en Estados Unidos entre ahora y el 1 de octubre, cuando arranca el nuevo año fiscal. “Dado el diezmado programa de admisión de refugiados que heredamos”, ahora es “poco probable” que Biden pueda aumentar el número a 62.500 como lo había propuesto en su plan al Congreso hace dos meses.

Durante su campaña electoral, el demócrata había prometido elevar el límite de refugiados para el próximo año fiscal a 125.000 y que este año intentaría hacer un “adelanto” de ello. El secretario de Estado estadounidense Antony J. Blinken notificó el 12 de febrero al Congreso que el Gobierno pretendía permitir el ingreso de hasta 62.500 refugiados en el año fiscal, que termina el 30 de septiembre.

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