La CEOE alerta de una subida del paro si no se alargan los ERTE y pide que lleguen hasta Semana Santa en el turismo


El turismo español está ante el peor verano de su historia por el golpe del coronavirus. Las empresas del sector tiritan tras unos meses de actividad casi nula desde el inicio de la pandemia. En julio —junto con agosto el mes más importante para la industria— visitaron el país 2.464.441 turistas extranjeros, según publicó este martes el INE, un 75,1% menos que hace un año pese a la reapertura de fronteras. Esto se traduce en una pérdida de 9.491 millones de euros. La situación es desoladora, especialmente en los destinos de sol y playa. Más si cabe con un agosto que ha sido, según señala el sector, igual o incluso peor que julio.

El embate del coronavirus tiene al sector al borde del abismo. El turismo de sol y playa supone el 65% de la industria, precisamente el segmento que más sufre esta crisis al depender en gran medida de los turistas foráneos. “Por si había dudas, ya se ve la realidad dramática y las pocas expectativas que hay de mejora. Por eso es fundamental que haya un gran plan de apoyo”, reclama José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur, en un mensaje de socorro al Gobierno.

Lo peor para el tejido productivo es que ya llueve sobre mojado. La enorme pérdida de turistas —e ingresos— de julio se suma al desplome casi total de junio y a los ceros registrados en abril y mayo. Entre enero y julio han visitado España 34,75 millones de viajeros extranjeros menos que en el mismo periodo de 2019, una caída del 72,4%. Lo que se traslada, con la misma intensidad, a la reducción del gasto turístico: 37.903 millones de euros menos hasta julio. Además, la covid amenaza con pegar un mordisco todavía mayor en lo que queda de año.

Ante esta situación, las empresas buscan cómo reducir daños, no para recuperar lo perdido que resulta imposible. De hecho, la temporada de verano ya se ha acabado en algunos destinos por la falta de demanda. “Las hoteleras adelantan el cierre en zonas como Benidorm, Baleares y la Costa del Sol porque no les queda más remedio”, reconoce Zoreda.

Para Juan Ignacio Pulido, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Jaén, solo una cosa ha paliado por el momento parte del desastre que se avecina: “Los ERTE están aguantando la caída de empresas y los despidos. Pero incluso con esta ayuda, que no podrá ser para siempre, muchas compañías no podrán aguantar y cerrarán”. Sobre este punto incide Zoreda: “Miles de empresas irán a suspensión de pagos y habrá despidos. La situación es insostenible si no hay ingresos en los meses clave del año”.

Por países de procedencia de los visitantes, los grandes caladeros de España se han hundido. En julio Francia fue el principal emisor con 597.244 turistas, un descenso del 58,4% respecto al mismo mes de 2019. Le sigue Alemania (432.302, un 65,2% menos) y el Reino Unido (377.886, un 82,5% menos). Por ello, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) insiste en la necesidad de establecer urgentemente medidas que garanticen la supervivencia de las empresas. Un gesto que otras fuentes del sector ven muy lejano, sobre todo después de que el lunes, en el gran acto de inicio del año político, el presidente Pedro Sánchez se rodeara de grandes empresarios del Ibex entre los que no había nadie de las cuatro grandes del turismo —Iberia, Amadeus, Meliá y NH—. “Parece que ni se nos tiene en cuenta”, critica un alto directivo del sector.

El desencuentro es evidente. Y llega en un momento en el que la industria está coqueteando con el precipicio. No solo por la debacle de julio, también por la previsión de que agosto haya sido igual o peor dadas las restricciones y advertencias contra los viajes a España. “Las restricciones de países como las del Reino Unido tendrán un efecto brutal. Sin duda, agosto será muy malo. Y en septiembre habrá más de lo mismo con hoteles adelantando el cierre del verano”, recalca Pulido.

Menos gasto por turista

En cuanto al gasto de los turistas extranjeros en España, en julio se ingresaron 2.450 millones de euros, muy lejos de los 11.941 millones del mismo mes de 2019. El desplome fue notable, del 79,5%. Además, el gasto medio diario por turista también descendió hasta los 123 euros, un 23% menos que hace un año. El único valor que aumentó fue la duración media de los viajes, que alcanzó los 8,09 días frente a los 7,55 de julio de 2019. En resumen, visitaron España menos personas, que además gastaron menos al día. Eso sí, pasaron más tiempo en el país, aunque no lo suficiente como para compensar la caída del gasto diario ni el desplome de las llegadas.

La única lectura positiva que permiten los datos conocidos este martes, tanto en la partida de llegadas como en el gasto, es el rebote respecto a junio, cuando ambos registros cayeron por encima del 97%. Pero se trata de un consuelo menor, ya que en junio hubo poco más de 10 días hábiles para el turismo: se salió del estado de alarma y se reabrió la frontera exterior a final de mes. “Estos datos reflejan cómo la covid-19 está afectando de manera negativa en el sector turístico por las restricciones a la movilidad a nivel internacional y la falta de la confianza en los viajes internacionales, un impacto que se está dejando sentir a nivel mundial”, aseguró Fernando Valdés, secretario de Estado de Turismo, en un comunicado del ministerio.

Por comunidades, Baleares fue el destino principal de los turistas en julio, con 588.431 viajeros extranjeros, el 23,9% del total. Le sigue Cataluña (436.742 visitantes, el 17,7% del total) y la Comunidad Valenciana (383.013 turistas foráneos, un 15,5% del total). Si se fija la mirada en lo perdido, destaca la Comunidad de Madrid. En su caso, el hundimiento ha sido del 87,8% por el golpe sanitario y de imagen que ha supuesto la crisis del coronavirus. Cataluña también se ha quedado sin una buena parte de su pastel, ya que ha recibido un 81,6% menos de turistas extranjeros en el séptimo mes del año.

Según las vías de acceso, el avión fue el medio de transporte principal utilizado por los viajeros extranjeros. Llegaron por vía aérea 1,6 millones de personas, lo que supone un descenso del 79,7% respecto a julio de 2019. Un dato que coincide, casi de forma exacta, con la reducción del transporte de pasajeros en la red de aeropuertos de Aena. El gestor aeroportuario tuvo en julio algo menos de siete millones de pasajeros, un 76,2% menos que un año antes.

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