La comisión que investiga el ataque al Capitolio del seis de enero de 2021 ha llamado a testificar a cinco miembros del Partido Republicano en la Cámara de Representantes, entre ellos, a su líder, Kevin McCarthy (California), que se había negado a hacerlo voluntariamente. El movimiento, que añade crispación a la olla a presión de un poder legislativo polarizado en extremo, ha sido interpretado en Washington como extraordinario: no es habitual que una comisión de este tipo, integrada por congresistas, cite a colegas de escaño.
Además de al líder de la minoría, la lista incluye a Mo Brooks (Alabama), Andy Biggs (Arizona), Scott Perry (Pensilvania) y Jim Jordan (Ohio). El presidente de la comisión, el demócrata de Misuri Bennie Thompson, espera que arrojen luz con sus testimonios sobre lo que pasó, antes y durante la insurrección violenta que siguió a un mitin de Donald Trump en Washington, convocado el día de la confirmación como presidente de Joe Biden. En él, agitó sin pruebas el fantasma del fraude electoral de las elecciones del noviembre anterior, que perdió, y arengó a las masas para que marcharan sobre el Capitolio. La turba tomó por la fuerza el edificio por varias horas. Los cinco congresistas citados mantuvieron conversaciones telefónicas con el expresidente y con el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, antes, durante y después del ataque.
Thompson ha explicado en un comunicado que, tras llegar a la conclusión de que estos pueden aportar información valiosa a la investigación, les dieron la oportunidad de comparecer voluntariamente. “Lamentablemente, se han negado y nos vemos obligados a dar este paso para ayudar a garantizar que el comité llegue al fondo de lo que pasó el 6 de enero. Instamos a nuestros colegas a cumplir con la ley, a cumplir con su deber patriótico y a cooperar con nuestra investigación, como lo han hecho cientos de otros testigos”.
Las reservas a dar este paso tienen que ver conque los trabajos de la comisión pueden prolongarse más allá de las elecciones legislativas de medio mandato, en las que se renueva la tercera parte de la cámara baja. También pesan los temores a represalias si en esos comicios los republicanos recuperan, como indican las encuestas, el control del Congreso, ahora en manos del Partido Demócrata.
En el caso de McCarthy, la comisión tiene especial interés en conocer “cómo se concretaron los planes del presidente para el 6 de enero” y las tácticas que empleó para impugnar los resultados de las presidenciales, según Thompson. “Por ejemplo, antes del 6 de enero, supuestamente le explicó a Mark Meadows y al expresidente que las objeciones a la certificación de los votos electorales el 6 de enero “estaba condenada al fracaso”. También ha quedado probado que el líder de la minoría fue el primero que habló con Trump al principio del asalto, y le pidió, a gritos, según su versión, que contuviera a los alborotadores.
Una grabación obtenida en abril por The New York Times aportó la prueba de algo que McCarthy había venido diciendo en entrevistas con diversos medios y de que luego se desdijo. En el audio se le escucha dirigirse a los congresistas de su partido en los días posteriores al asalto para contarles que Trump le había reconocido “cierta responsabilidad” en lo que sucedió ese día.
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“Permítanme ser muy claro con todos ustedes, cómo lo he sido con el presidente: él es responsable por sus palabras y por sus acciones”, aseguró en una conferencia telefónica a sus correligionarios el 11 de enero. “Sin reservas, ni excusas”. McCarthy también les contó que había preguntado personalmente al magnate sobre si se sentía “mal por lo que pasó”. “Me dijo que tiene cierta responsabilidad en lo que sucedió y que debía reconocerlo”, añadió.
McCarthy ha criticado las actividades de la comisión del seis por considerar que su “único objetivo es intentar dañar a sus oponentes políticos”.
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