No todo el fútbol mundial se encuentra detenido. Hay excepciones. Algunas recónditas y otras no tanto. La A-League, por ejemplo, no ha echado la persiana por el momento. La competición prosigue en Australia y Markel Susaeta ha disputado hoy los noventa minutos en el empate entre el Melbourne City y el Western Sydney Wanderers (1-1). Un tropiezo para el conjunto del eibartarra, puesto que se mantiene en la segunda plaza, pero no puede abrir brecha con el tercero.
Es el segundo encuentro al completo para el ex del Athletic desde que inició la aventura australiana en enero. Susaeta actuó en posiciones interiores, con tendencia a asomarse por el perfil derecho. Los dos goles del duelo llegaron antes de alcanzar la media hora inicial. Russell adelantó a los visitantes después de una gran jugada colectiva y Maclaren equilibró de inmediato merced a un penalti.
No intervino en exceso el 14 del Melbourne City. Apareció un par de veces por la banda tras la igualada de los suyos, sin embargo ambas acciones se perdieron en el limbo. Una por un defectuoso centro de Susaeta y otra porque despejó la defensa. El guipuzcoano puso su toque al servicio del equipo en una falta lateral, pero el remate no fue lo suficientemente bueno.
Susaeta es uno de los hombres de más calidad del Melbourne City y los rivales le tienen fichado. Apenas le dejan revolverse en zonas próximas al área. Y si lo consigue, le detienen con falta. Pasada la hora de fútbol, el exleón perdió el esférico en una zona comprometida y el WS Wanderers organizó un contragolpe. Markel intentó frenar al contrario con un agarrón, aunque no pudo alcanzarle. Por fortuna para sus intereses, la zaga celeste solventó el apuro.
Hubo unas invitadas de excepción. Las gaviotas cobraron protagonismo según avanzaron los minutos. Con bandadas que se acumulaban en el mismo terreno de juego. Cabe destacar que son habituales en el estadio del Melbourne City dada su cercanía con el mar.
El envite dejó una de las pifias del año. Justo en el día en el que todos los ojos del fútbol mundial miraban a Australia dada la excepcionalidad del momento. Good, defensa local, dejó corta una cesión con la testa que dirigió hacia su portero. Cox se aprovechó para plantarse en el mano a mano y con su disparo superó al meta, quien logró tocó el cuero, pero no como para que cambiara su trayectoria.
El balón tomó rumbo al fondo de las redes y Cox quiso acompañarlo, sin remachar. Un error mayúsculo. Parecía que intentaba meterse hasta el fondo de la portería. Por su espalda emergió Good, que consiguió rehacerse y sacar la pelota sobre la misma línea de gol para asombro de todos. Una jugada que ha dado la vuelta al mundo.
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