La Copa del Rey arranca hoy para la Real en Becerril de Campos. El partido, en realidad, se jugará en Palencia, en el Estadio de La Balastera, pero el escenario enfrentará al conjunto txuri urdin al más modesto entre los modestos. El equipo que representa a la localidad con menor población (menos de 800 habitantes) de todos los participantes. En esta edición en la que el torneo del K.O. estrena formato y da cabida en esta primera ronda a equipos de Tercera División, los equipos que vayan sobreviviendo se enfrentarán a partido único hasta las semifinales lo que, sin duda, abona el terreno para que la Copa permita soñar a todos, más que nunca, con llegar lejos.
La última vez que la Real ganó este torneo, hace ya 32 años, en 1987, sus primeras batallas no fueron muy diferentes a las de esta noche. Eliminatorias a partido único, fuera de casa, contra el Basconia, el Montijo y el Villarreal, cuando aún no era lo que es hoy en día, obligaron al equipo campeón a picar piedra y a salir vivo de encerronas serias. Tres 0-1 consecutivos le permitieron acceder a octavos de final para plantarse en la final, con cierta fortuna en los sorteos, apeando al Eibar (en Segunda B), al Mallorca B y al Athletic.
Nada que no sea solventar la eliminatoria de esta noche con holgura tiene cabida en el imaginario txuri urdin. Se enfrenta a un equipo de futbolistas amateurs, que la pasada temporada militaban en categoría regional y que están sufriendo en el Grupo 8 de Tercera División. Son el segundo menos goleador de su grupo, llevan siete jornadas consecutivas sin ganar (cuatro derrotas y tres empates) y están en puestos de descenso, peleando por evitar regresar a la categoría en la que militaban hace unos pocos meses.
Imanol, fiel a su discurso
La diferencia de potencial es tal que, pese a que la Real tiene holgada experiencia en hecatombes de este estilo en la Copa, es difícil imaginar que hoy puedan repetirse episodios como los de principios de siglo en Beasain, Hospitalet, Zamora o Miranda de Ebro.
Imanol, en cualquier caso, fiel a su discurso y a su método, predicó con el ejemplo y envió ayer un mensaje claro al confeccionar la convocatoria. El técnico oriotarra competirá con 18 futbolistas del primer equipo, sin llevarse a ninguno del filial, y dejará en Donostia a Guevara, Odegaard y Zaldua pensando en el partido del domingo en El Sadar. A nadie se le escapa que aunque estos tres jugadores no acudan a Palencia, no serán los únicos que descansen. Alguno de los futbolistas que más minutos acumulan iniciarán el partido desde el banquillo pero estarán en la recámara por si fuera necesario.
Y es que, salvo sorpresa, el ‘once’ txuri urdin lo formarán hombres como Moyá, Gorosabel, Aihen o Sangalli, que apenas están teniendo minutos en los últimos partidos, junto a otros que están entrando en las segundas partes, además de Sagnan, que por fin apunta a debutar. De esta manera, la alineación no diferirá en exceso de la que formen Moyá; Gorosabel, Le Normand, Sagnan, Aihen Muñoz; Zubeldia, Sangalli, Merino o Pardo; Barrenetxea, Isak y Januzaj. Para posibles emergencias, Imanol se guardaría a valores seguros como Oyarzabal, Willian
José, Monreal o Portu, por citar algunos ejemplos.
Siempre que llega este día del calendario, el día del debut copero, es imposible no ilusionarse con que alguna vez sea el año en el que la Real haga algo grande en la competición. Este año tiene plantilla, estadio y afición para que la Copa, más que nunca, sea un torneo para soñar. El barco zarpa hoy en Castilla, a orillas del río Carrión, contra el Becerril de Campos. ¡A soñar!
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