Nunca fueron tantos y, por increíble que parezca en mitad de una pandemia cuyos rebrotes amenazan las economías más sólidas del mundo, las circunstancias nunca les fueron más propicias. En España, de los casi dos millones de personas que el pasado 31 de marzo estaban dadas de alta en la Seguridad Social como autónomos, aproximadamente 753.000 pertenecían a lo que el Foro Europeo de Profesionales Independientes (EFIP, por sus siglas en inglés) define como iPros, es decir, trabajadores independientes y sin personal a cargo que ejercen en profesiones intelectuales con un muy alto nivel de cualificación y especialización. Es decir, son los encargados de dirigir proyectos complejos para los que las empresas no cuentan regularmente con personal capaz para llevarlos a término. Su número ha crecido a nivel nacional un 40% con respecto a hace diez años, cuando empezaron a multiplicarse en los peores años de la anterior crisis económica.
Los motivos de que esto sea así responden a muchos factores, aunque muchos expertos señalan hacia un reciente estudio del Círculo de Investigación de la empresa de consultoría Gartner, que cifra en nueve meses el tiempo que las empresas tardan en formar a sus propios empleados para que sean plenamente operativos en tareas concretas y complejas, medio año lo que tardan en hallar al candidato idóneo y apenas seis días lo que deben invertir en encontrar a un experto externo que se ajuste a lo que quieren. Los freelance, apuntan los especialistas, terminan saliendo baratos: “Los consultores externos crecen en coyunturas complicadas porque son una fuerza laboral resiliente, hábil y barata”, explicó este martes Juan Ferrer, director en Boston Consulting Group, en la presentación del informe Post-Covid: Cómo los freelance influyen en la empresa del mañana, que la consultora elaboró con más de 2.500 encuestas a expertos externos de España, Alemania y Francia y que presentó junto con Malt, firma especializada en proveer a las compañías de este tipo de personal.
Parte del éxito de estos empleados por cuenta ajena, explica el estudio, radica en su perfil decididamente tecnológico en un momento en que las empresas reclaman ayuda para digitalizarse. Según Vincent Huguet, cofundador de Malt, esto explica que haya muchos más hombres que mujeres (un 66% frente a un 34%) y se refleja en el 27% de estos trabajadores que se dedica directamente a la tecnología y el manejo de datos. Se trata de un porcentaje solo superado por el 37% de creativos, un gremio especialmente expuesto al trabajo por cuenta ajena. En comparación, consultores y jefes de proyectos, por ejemplo, apenas suman el 10%. Las noticias para estos expertos en nuevas tecnologías durante la crisis, por otra parte, han sido favorables. Mientras que el 77% de los creativos reconocieron haber perdido a causa del coronavirus al menos un proyecto, apenas el 44% de los freelance más tecnológicos, menos de la mitad, se han visto afectados de algún modo por la pandemia.
Respuesta al coronavirus
Pero si algo distingue a los trabajadores freelance, subraya el estudio, es su capacidad de aprendizaje y de adaptación, fruto de las seis horas y media que dedican a la semana a formarse, aunque el 27% de ellos prefieren hacerlo a través de plataformas alejadas de la educación tradicional. Así, mientras la mayoría de las empresas llevan años hablando sobre metodologías ágiles de trabajo, el 58% de los freelance dice trabajar ya desde hace tiempo a través de estos métodos. A pesar de que muchas empresas han introducido a marchas forzadas al teletrabajo durante los últimos meses, el 69% de los consultores declaran que ya trabajaban a distancia antes de la crisis. El informe pone de manifiesto que las dificultades para comunicarse eran una constante en muchas compañías, a pesar de que el 64% de los especialistas declaran haberse podido comunicar con sus clientes y haber llevado bien el encierro.
Pero el dato que mejores perspectivas arroja para los autónomos expertos es que, con un 97% por ciento de ellos habiendo trabajado ya en una empresa, el 74% declara no estar interesado en volver a trabajar por cuenta ajena. Ven un futuro más flexible.
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