El impacto de la pandemia del coronavirus provocó esta primavera la mayor contracción en la economía estadounidense desde que existen registros. El PIB cayó un 9,5% en el segundo trimestre del año respecto a los tres meses anteriores, según los datos publicados este jueves por el Departamento de Comercio. En tasa anualizada supone una caída del 32,9%. Se trata de un colapso de la economía sin precedentes, tanto en envergadura como en velocidad.
Las nuevas cifras demuestran que el mayor daño ocurrió durante abril —los días más duros del cierre de la economía por la pandemia— mientras que en mayo y junio algunos negocios comenzaron a abrir. A pesar de la apertura en las últimas semanas, el empleo se ha estancado y algunas pérdidas todavía se observan mientras está latente la amenaza de un segundo cierre.
“Son los peores datos que hemos visto jamás”, señala Jared Bernstein, especialista del Center on Budget and Policy Priorities, un centro que analiza el impacto de las políticas presupuestarias del Gobierno. “Aunque hay una recuperación leve, todavía se siente como recesión para muchos”, añade el experto.
En foto, Jeffrey Sachs, investigador de la Universidad de Columbia. En vídeo, Sachs analiza la situación de desigualdad entre trabajadores estadounidenses derivada de la pandemia.
El dato, algo mejor de lo que esperaban los analistas, se conoce justo la víspera de que venza la vigencia de las prestaciones complementarias de desempleo para los 17 millones de parados, cifra récord que se ha alcanzado debido al parón de la actividad económica por el coronavirus. La negociación de un nuevo conjunto de ayudas se encuentra paralizada en el Capitolio por los desacuerdos entre republicanos y demócratas. El Congreso ya ha inyectado billones de dólares para tratar de mitigar el impacto económico en negocios y hogares de una pandemia de la que Estados Unidos se ha convertido en epicentro mundial.
Los legisladores estadounidenses aprobaron en mayo un programa de ayudas que entrega 600 dólares (algo más de 500 euros) semanales a los parados. Los demócratas insisten en que la ayuda se mantenga igual en los próximos meses y que a través del programa también se apoye a los Estados. Sin embargo, los republicanos han planteado una propuesta con menos recursos públicos en la que las ayudas al desempleo sean de 200 dólares (169 euros) semanales y en el que se respalde a los pequeños negocios, así como a las empresas a través de beneficios fiscales. Ante la caída del consumo, las ayudas gubernamentales se han convertido en un respaldo para que la economía eche a andar.
Los efectos del cierre de la economía por el avance del coronavirus en Estados Unidos se han comenzado a reflejar de una forma más clara en otros indicadores. Al menos 1,43 millones de personas se han registrado ante el Departamento de Trabajo como desempleados en la última semana. Hace 19 semanas que el dato no es menor al millón, lo que indica que a pesar de que varios sectores de la economía han comenzado la apertura en las últimas semanas, algunos de ellos no sobrevivieron al cierre.
El temor de que la pandemia continúe creciendo aceleradamente está latente. Hasta la mañana de este jueves, se han registrado 4,4 millones de casos y la cifra de muertos por la covid-19 ya alcanza los 150.700, según datos de la Universidad Johns Hopkins. El rápido paso de la pandemia se ha recrudecido, principalmente, en los Estados de Florida, California y Texas. El miércoles, la Reserva Federal (Fed) advirtió de que la recuperación económica en Estados Unidos está condicionada al avance del virus en el país. Los directivos del banco central temen que el incremento en las cifras de contagios y muertes lleve a un inevitable segundo cierre de la actividad económica.
Las cifras de este jueves muestran el parón de diversos sectores en los meses de abril y mayo, que poco a poco han arrancado sus actividades en el último mes. Jerome Powell, presidente de la Fed, aseguró que una tercera parte de los empleos que se han perdido durante la pandemia se han recuperado con la tímida apertura. Y que sectores como la aviación y los hoteles han comenzado a ver una ligera reactivación que impulsará a la economía en los próximos meses.
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