La crisis del coronavirus, contada desde una ambulancia

Las últimas semanas han sido penosas en el Valle de México, con los hospitales saturados, alrededor del 90% de su capacidad, algo que no se había conocido en toda la pandemia. Las fiestas navideñas y el relajo de la población están pasando su factura. Los profesionales han agotado el color del semáforo y ahora le ponen apellidos a los pacientes: “rojo agudizado”, “rojo extremo”… La tasa de contagios no baja y el día 21 de enero la cifra de muertes marcó 1.800 en 24 horas, un límite inédito en 10 meses de emergencia sanitaria.

Los paramédicos, los enfermeros que viajan a bordo de las ambulancias y son los primeros que se encuentran cara a cara con los contagiados, están al límite. Adolecen, como el resto del personal sanitario, de equipos y descansos, superados como están por el trauma incesante de ver cómo se contagian “familias enteras” y colegas de profesión, sin que puedan echarles una mano. A ellos les corresponde la difícil tarea de llevar a los enfermos graves al hospital, un proceso que puede tardar horas debido a la saturación hospitalaria en el país. En el vídeo adjunto, periodistas de EL PAÍS viajaron con un equipo en una ambulancia para documentar el laborioso proceso diario de dar vueltas por la ciudad hasta encontrar un hospital con una cama libre para los enfermos que atienden.


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