En el paddock del Mundial hay unanimidad a la hora de definir la Desmosedici de Ducati como la moto más competitiva de la categoría. Un mérito que se le achaca a Gigi dall’Igna, el carismático ingeniero que está al frente de Reparto Corse de la fábrica de Borgo Panigale. Dall’Igna es un ganador compulsivo, para bien y para mal. Ganar es su ‘leitmotiv’, o razón de ser, para trabajar de forma incansable; no ganar directamente no es aceptable en ningún caso.
Con el título conquistado por Pecco Bagnaia en Valencia, Dall’Igna cierra su libro de ‘Cuentas Pendientes’. Después de ver a sus motos ganar las categorías de 125 cc, 250 cc y Superbike, cerrar el círculo coronándose en MotoGP pasó a ser su obsesión. Para eso convenció a Audi -dueña de Ducati- para desembolsar una fortuna para fichar a Jorge Lorenzo.
El resultado no fue el esperado. Un fiasco que llevó a un recorte sustancial en la partida destinada a pilotos. Un inesperado paso adelante de Andrea Dovizioso llevó a Ducati a terminar durante tres temporadas seguidas segundos en el campeonato por detrás del mejor Marc Márquez. Pero para Dall’Igna hacer segundo es perder.
Siguiendo un puro planteamiento de ingeniero, pasó a gestionar la situación aplicando una máxima tan simple como: ‘si no tengo el mejor piloto, lo tengo que compensar haciendo la mejor moto’. Y este planteamiento nos devuelve a la frase con la que hemos abierto este artículo.
La primera fase para llegar a construir la moto referencia de MotoGP fue la de proveer a su motor de músculo de culturista, diseñado el motor más potente de la categoría. Una vez logrado, pasó a la fase dos, aligerar la moto para dejarla en el peso mínimo.
“Ha sido una trayectoria que comenzó en 2015. En ningún momento ha habido una gran revolución”, aclara Dall’Igna que no cree en soluciones milagrosas sino en el trabajo metódico y sobre todo, ordenado. “Hemos ido corrigiendo pequeños cosas que individualmente no eran importantes, pero que alineadas una tras otra… Es mi filosofía: dedicar la misma atención a cada detalle para tener al final un mosaico perfecto”.
Gigi Dall’Igna con el diploma de campeón de constructores para Ducati en la Gala FIM 2022
El tan ansiado título ha llegado finalmente en 2022, pero ya en 2017, en la era Lorenzo/Dovizioso, la Ducati de Dall’Igna era una moto extremadamente competitiva. Cuando se le pregunta si se podría haber ganado el Mundial entonces, la respuesta del ingeniero italiano resulta sorprendente.
“Tonterías. El piloto es el factor más importante. Esta temporada Bagnaia ha dado 189 vueltas en cabeza, contra las 76 de Quartararo. Los otros pilotos de Ducati, menos. Es una muestra de su valor como piloto”.
El título de Bagnaia salda una cuenta pendiente en Casa Ducati. Después del único diploma de Campeón del Mundo MotoGP que figuraba en las vitrinas de Ducati, conquistado por Casey Stoner en 2007, Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y Andrea Dovizioso pincharon en el intento de conquistar el segundo. Finalmente, con un piloto con menos renombre, han encontrado ese piloto ‘ideal’ que tanto buscaron. Pero una vez más, Dall’Igna no comparte ‘sentimientos’. Para él todo es racional.
Tardozzi, Ciabatti, Domenicali, Bagnaia y Dall’Igna celebran el título Ducati en Cheste
“No existe un piloto ‘ideal’ para la Ducati. Mi objetivo siempre ha sido el de hacer una moto completa, que pudiese ser pilotada por pilotos con diferentes características. Y esta temporada esto se ha visto. ”.
Además del título de pilotos conquistado con Bagnaia, Ducati esta temporada se ha llevado el título de constructores y el de mejor equipo. Han ganado 14 de las últimas 22 carreras, … Es decir, han arrasado.
“No creo que hayamos tocado techo. Con ocho pilotos en pista, el año que viene podemos seguir progresando. Pero el esfuerzo que tenemos que hacer para dar el servicio para que todos sean competitivos, como han sido esta temporada, es increíble”.
Este buen hacer tiene su cara B, porque Ducati se ha convertido en un estanque en el que todas las demás marcas van a pescar ingenieros. La diáspora de técnicos formados en el Reparto Corse de Borgo Panigale es muy grande y no para de crecer. La última ‘deserción’ llega por parte de Alberto Giribuola, con tres subcampeonatos del mundo de MotoGP junto a Andrea Dovizioso, y Christian Pupulin, el ingeniero de pista de Jack Miller. El primero se vestirá de Aprilia en 2023, el segundo acompañará al piloto italiano a KTM, donde, por cierto, la ex mano derecha de Dall’Igna, Fabiano Starlachini, está al frente del proyecto Motogp de la fábrica austriaca.
“Aceptamos pagar este precio”, explica Gigi. “Desde mi llegada he seguido la política de involucrar de compartir toda la información con todo el mundo del Reparto Corse. ¿Que se nos van nuestro ingenieros más talentosos? Formaremos a otros. Es la filosofía de nuestro proyecto: apostar por los jóvenes y hacerles campeones, tanto si son pilotos como ingenieros”.