Josh Hart, escolta de los Portland Trail Blazers, se prepara para salir a calentar. De hecho, le toca ya, apenas ya las medias lo único que ajustarse antes de abandonar el vestuario en la previa del Raptors-Blazers, jugado ahora en enero en Toronto. “Venga, rápido”, responde a la petición de MD de hacerle alguna pregunta. Ya no tiene tanta prisa cuando se le pregunta por esa ferviente pasión por el Chelsea que le ha llevado varias veces a pegarse el ‘tute’ de 10 horas de avión sólo para ir a Stamford Bridge. Este verano donó 2.500 dólares a un grupo de fans para ayudar a financiar pancartas de apoyo para César Azpilicueta y Reece James.
“Pero para comprar el club no tengo ni siquiera para empezar”, bromea el exterior de 27 años. “¿Josh qué préstamo crees que podríamos lograr?”, le preguntó por Twitter, cuando Roman Abramovich puso en venta el club, Larry Nance Jr, ex compañero suyo en los Pelicans y también aficionado del Chelsea. “Tío, estoy dispuesto a vender mi alma”, contestó Hart. Pero, de cara a más adelante, lo de comprar la entidad ‘blue’ va completamente en serio.
“Aunque tuve esa conversación (con Nance Jr.), ahora es complicado, pero si Todd Boehly (actual propietario del Chelsea) lo pone en venta puedo intentar comprarlo con un grupo en el futuro. Si tuviera oportunidad iría a por ello, sería como un tesoro. Es algo que definitivamente intentaría hacer”, asegura, ya con tono más severo, Josh Hart.
Boehly adquirió el club londinense por casi 5.000 millones de euros. Según el portal especializado ‘Spotrac’, Hart, en lo que es la NBA, acumula unas ganancias de algo más de 33 millones en los 7 años que lleva en la mejor liga del mundo, en la que ha militado también en los Lakers aparte de los New Orleans Pelicans. Efectivamente, es de momento inviable. Pero, mientras, antes de que el Chelsea se convierta en su ‘profesión’, disfruta de su pasión por el club ‘blue’. También explicando cómo surgió.
Josh Hart defiende a Jordan Clarkson, de los Jazz
“No heredé esta pasión de nadie. Cuando era adolescente, veía los partidos de Inglaterra en el Mundial, ya que Estados Unidos no llegaba lejos. Era la Inglaterra de Crouch, Gerrard, Terry, Rooney, Lampard…”, cuenta Hart, amigo personal de Mason Mount y, como no podía ser de otra manera, de su compatriota Christian Pulisic. “Terry y Lampard eran capitanes y empecé a ver mucho más la Premier League y el Chelsea. Y así es cómo llegó a ser mi pasión”, explica Josh Hart. No sería el escolta el primer jugador de la NBA en entrar en la propiedad de un gran club europeo pues, sin ir más lejos, LeBron James es uno de los inversores del grupo RedBird Capital, que adquirió el Milan en verano.
“El Barça apesta”
La relación de Josh Hart con el Barça es una de ‘extremos’, una en la que ha manifestado sentimientos del todo opuestos. En 2019, el escolta visitó el Camp Nou en un ‘tour’ publicado en las redes oficiales del club azulgrana. En él, el jugador de los Blazers se confesaba impresionado por el coliseo barcelonista por su mayor capacidad -100.000 espectadores-, frente a la de otros grandes feudos como el de ‘su’ Chelsea -casi 42.000-, o el del Manchester United, 74.000 en el caso de Old Trafford.
Además, reconocía una adoración por Messi que reiteró durante el Mundial de Catar. “Mi novia es una gran fan de Cristiano Ronaldo, pero Messi es el mejor de la historia”, advirtió en aquella ocasión uno de los titulares de Portland, franquicia en la que el catalán Sergi Oliva, de Gelida, es asistente de General Manager y donde también milita el ex azulgrana Ibou Badji.
Sin embargo, Hart, en el contexto de los fichajes de relumbrón del equipo de Xavi este verano, lanzó un dardo al club azulgrana. “El Barça apesta”, llegó a twittear. “No, no odio al Barça”, promete entre risas el exterior de los Blazers. Aunque con un importante matiz. “Es un club histórico, con grandes jugadores, pero les odié este verano porque no dejaban de fichar jugadores. Un fichaje, otro y otro… Renovaron a Dembelé, trajeron a Raphinha, Koundé… Pensaba “¡mierda!”, explica Josh Hart, insinuando dudas sobre la política de las ‘palancas’ y ‘molesto’ después de que el Barça se llevara a Andreas Christensen y lo intentara con Azpilicueta.
Afición ‘blue’ al calor de la rivalidad Barça-Chelsea de principios de los 2000
El escolta de los Blazers fue a abrazar al Chelsea como su equipo justo en la época en la que desarrolló su intensa rivalidad con el club azulgrana con Frank Rijkaard y Jose Mourinho en los banquillos. El Barça-Chelsea de octavos de la temporada 04/05 que se llevaron los ‘blues’ con un polémico gol de Terry tras una falta sobre Víctor Valdés a pesar del maravilloso ‘punterazo’ de Ronaldinho o la cumplida revancha azulgrana en los octavos de la 05/06.
Pero, sobre todo, el controvertido duelo de semifinales de 2009 con el que esa rivalidad alcanzó su culmen, con el golazo decisivo de Iniesta por el cuestionado arbitraje de Tom Henning Ovrebo supuestamente a favor del Barça a pesar de graves errores contra el conjunto azulgrana tanto en la ida como en la vuelta. Se tomaría revancha el Chelsea en 2012 en semifinales con el gol de última hora de Fernando Torres como sello final.
No obstante, Josh Hart no mira el pasado. Le preocupa un presente en el que la llegada de Graham Potter al banquillo ‘blue’ tras la destitución de Thomas Tuchel no ha dado por ahora el efecto deseado y hasta se cuestiona ya la continuidad del ex del Brighton. Acabada la conversación, mientras desfila hacia la cancha, añade un último comentario.
“Potter es muy táctico, tengo esperanzas…Pero veremos”, zanja Hart. Lo que iban a ser dos preguntas rápidas en medio minuto se acaba convirtiendo en una amena charla de más de tres minutos. Cuando se trata de una pasión, como la del jugador de los Blazers por el Chelsea, no hay prisas que valgan.