La cancillería cubana afirmó que las medidas anunciadas por el gobierno de Estados Unidos para permitir las remesas y viaje son positivas, “pero de alcance muy limitado”.
Este lunes, el gobierno de Joe Biden anunció el relajamiento de su política sobre Cuba en materia de visas, migración regular, vuelos a provincias, remesas y ajustes a las regulaciones para transacciones con el sector no estatal.
La cancillería cubana dijo que es posible identificar algunas de las promesas del presidente Biden durante la campaña electoral del 2020 para aliviar “decisiones inhumanas” tomadas por la administración de Donald Trump, que “endurecieron el bloqueo hasta niveles sin precedentes y la política de máxima presión”.
Anuncio del gobierno EEUU es un paso limitado en dirección correcta. La decisión no modifica el bloqueo, la inclusión fraudulenta en lista de países patrocinadores del terrorismo, ni mayoría de medidas coercitivas de máxima presión de Trump que aún afectan al pueblo cubano.
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— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) May 16, 2022
Sin embargo, el gobierno de la isla dijo que los anuncios no modifican en lo absoluto el bloqueo, ni las medidas principales de cerco económico tomadas por Trump, como los listados de entidades que están sometidas a medidas coercitivas adicionales, ni elimina las prohibiciones a los viajes de los estadounidenses.
No revierte la inclusión arbitraria y fraudulenta de Cuba en la lista del Departamento de Estado sobre países que supuestamente son patrocinadores del terrorismo, una de las principales causas de las dificultades con las que tropieza Cuba para sus transacciones comerciales y financieras en muchas partes del mundo.
Aún así, el gobierno reconoce que se trata de “un paso limitado en la dirección correcta, una respuesta a la denuncia del pueblo y del gobierno cubanos”.
Según la cancillería, en 2019 el bloqueo se recrudeció en “extremo aprovechando de manera oportunista el contexto de la pandemia de la Covid 19” con consecuencias “devastadoras”.
Al dar estos pasos limitados, el Departamento de Estado utiliza un lenguaje abiertamente hostil, acompañado de calumnias tradicionales y nuevas falacias puestas de moda en los últimos meses, demostración de que no han cambiado los objetivos de la política de los Estados Unidos contra Cuba, ni sus principales herramientas.