La nefasta defensa de los Golden State Warriors puso la alfombra roja de la victoria a los Phoenix Suns y arruinó un partidazo de 50 puntos de Stephen Curry, que no pudo hacer nada más en la derrota a domicilio por 130-119.
Tan solo cinco meses después de sumar su cuarto anillo en ocho años, los Warriors atraviesan un momento delicado y de muchas dudas. Con un transparente 6-9 de balance, los Warriors han fracasado en los ocho partidos lejos de San Francisco que han jugado en esta temporada.
En su visita a Phoenix, Curry hizo todo lo que pudo y más hasta acabar con 50 puntos (17 de 28 en tiros de campo, 7 de 11 en triples, 9 de 9 desde la línea de personal), 9 rebotes y 6 asistencias.
Pero ni con ese recital fue suficiente ante unos Suns (9-5) muy consistentes y sólidos en ataque y que explotaron los numerosos agujeros de la defensa de los Warriors. Tampoco los escuderos de Curry estuvieron a la altura y, por ejemplo, Jordan Poole se quedó en solo 2 puntos con 0 de 5 en tiros de campo.
En cambio, los Suns alardearon de fondo de armario con tres nombres por encima del resto: Devin Booker (27 puntos y 9 asistencias), Cam Payne (29 puntos y 7 asistencias) y Mikal Bridges (a punto de triple-doble con 23 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias).
Phoenix metió un 51,2 % de tiros de campo incluyendo un fabuloso 21 de 40 en triples (52,5 %). Este es el segundo partido que pierden los Warriors ante los Suns en este curso después del picante duelo del pasado 25 de octubre en el que se pitaron siete técnicas y Klay Thompson acabó expulsado.
CURRY-DEPENDENCIA SIN PREMIO
Curry entró al partido con ganas de marcha. Con 17 puntos y un espléndido 6 de 7 en tiros en el primer cuarto, el genial base de los Warriors jugó como quiso con los Suns.
Sin embargo, la defensa de Golden State no estuvo a la altura de Curry y sus frecuentes desconexiones permitieron a los Suns cerrar el primer periodo por delante (36-33)
Con la ausencia de Chris Paul, que se ha perdido por lesión ya cuatro partidos seguidos, Booker ha asumido al cien por cien los galones en Phoenix. Comenzó con 11 puntos en el primer cuarto recurriendo sobre todo a los tiros libres (7 de 7), pero en el segundo parcial tuvo la ayuda de Payne y Bridges.
Mientras, Curry seguía a lo suyo: penetraciones deliciosas, triples imposibles e incluso un dos más uno acrobático cuando se iba de cabeza al suelo. El base de los Warriors llegó al descanso con 31 espectaculares puntos (10 de 13 en tiros, 4 de 5 en triples), pero ni con esas pudieron mandar en el marcador unos Warriors tremendamente frágiles en defensa (72-65).
Curry redujo algo sus revoluciones en un tercer cuarto en el que ‘solo’ sumó 9 puntos y eso lo notaron los Warriors. Así, los Suns continuaron aferrados al trío Booker-Payne-Bridges y aterrizaron en el último cuarto con un margen considerable (103-89).
¿Podían remontar los Warriors un encuentro en el que habían concedido más de 100 puntos en solo tres periodos?
La respuesta pasaba sí o sí por apuntalar a conciencia su defensa pero jamás llegó ese refuerzo atrás de Golden State y los Suns pusieron la directa para rendir a unos Warriors que están dando señales cada vez más alarmantes.