La jerarquía y la rotundidad del brasileño Felipe Monteiro, la irrupción del colombiano Santiago Arias y la reivindicación de Mario
Hermoso disparan la competencia en la línea defensiva del Atlético de Madrid, pendiente de la recuperación de Stefan Savic y José María Giménez, antes indiscutibles en el once.
El pasado agosto, cuando comenzó el campeonato, los cuatro nombres de la zona de retaguardia rojiblanca, salvo lesión, sanción o rotación, eran cuanto menos previsibles, con Kieran Trippier, Savic, Giménez y Renan Lodi de derecha a izquierda; la configuración que más ha jugado este curso de inicio atrás, con cinco ocasiones.
Hoy, el panorama aparece distinto. Cierto es que Giménez no ha jugado ninguno de los últimos tres encuentros por lesión o que Savic tampoco lo ha hecho en los cinco choques más recientes por el mismo tipo de dolencia -tampoco se espera que estén listos para la visita de este miércoles a Leverkusen-, pero también que el crecimiento de sus competidores en ese puesto ha sido incontenible últimamente.
Sobre todo, el brasileño Felipe Monteiro. Fichado desde el Porto a cambio de 20 millones de euros, en el inicio de una nueva era sin el uruguayo Diego Godín, su consolidación en el once procede de una contundencia irrebatible, en contraste con sus primeros pasos en el club, cuando Diego Simeone no le veía en las condiciones necesarias para formar parte de las alineaciones. Era el ‘cuarto’ central.
Ni siquiera fue convocado en la primera jornada, en el 1-0 al Getafe en el Wanda Metropolitano. En las primeras cinco citas, jugó sólo 5 minutos en Leganés para mantener el resultado a favor de 0-1 con el que el Atlético entró en la fase decisiva. No tuvo minutos ni contra el Eibar ni contra la Real Sociedad ni contra el Juventus.
Pero, a la vez, algo iba cambiando. Ya no era el ‘cuarto’ central en la elección de Simeone, sino el ‘tercero’, superando a Mario Hermoso. Y cuando llegó la primera rotación por descanso para Savic, contra el Celta (0-0), y Giménez, contra el Mallorca (0-2), no sólo aprovechó su oportunidad, sino que demostró quién es.
Un central de jerarquía, rápido al corte, con buena salida con la pelota, imponente en el juego aéreo, rotundo en el cruce y, sobre todo, con un manejo de los espacios y una lectura de las situaciones que le sitúan hoy por hoy como una pieza básica en el esquema de Simeone, reafirmado por sus cinco encuentros seguidos como titular.
Los cinco, unidos a la lesión muscular de Savic, pero con la sensación ineludible de que en la actualidad, a ese nivel, es imposible ya moverle del once por sus múltiples prestaciones sobre el terreno de juego. “El entrenador termina ejecutando y haciendo lo que el campo dice. No se aleja mucho de lo que el campo marca”, decía el pasado viernes el técnico sin hablar específicamente de él.
A su lado, reaparecido en las alineaciones por la lesión de Giménez, se ha reivindicado Mario Hermoso, cuando entre mediados de septiembre y primeros de octubre fue una pieza prescindible incluso en tres convocatorias, relegado a un segundo plano después de los primeros tres encuentros, dos como titular y los tres con triunfo, pero con actuaciones inconsistentes, sobre todo frente al Eibar, por las dos jugadas de los dos goles de su rival.
Entre esos primeros tres duelos -uno como lateral izquierdo y dos como central en un 3-5-2, en uno, y en un 4-4-2, en otro- y los cinco que encadena ahora, cuatro de ellos de inicio, jugó sólo 10 minutos -ante el Lokomotiv con el choque resuelto- en una secuencia de siete choques. Fue a la grada ante el Juventus y al Real Madrid, fuera de los 18 elegidos para la convocatoria de Diego Simeone.
Ha recuperado la confianza, reivindicado con una serie de buenos partidos y readaptado a la estructura del Atlético para multiplicar la competencia en el centro de la defensa. A la vuelta de Giménez y Savic, con él y Felipe a tal nivel, la elección del técnico será mucho más compleja. Es lo que quiere. La máxima competencia interna.
También ha aumentado en el lateral derecho, por la irrupción tan paciente como concluyente del colombiano Santiago Arias en esa demarcación, de la que fue el único dueño el inglés Kieran Trippier durante los primeros seis compromisos oficiales para después alternarse con su compañero en los siguiente nueve choques.
En ese último periodo, fruto de esa competencia, el británico jugó cinco de los nueve choques de titular (0-0 con el Real Madrid, 0-0 con el Valladolid, 1-0 con el Leverkusen, 2-0 con el Athletic y 1-1 con el Sevilla) y el colombiano lo hizo en cuatro (0-2 al Mallorca, 0-2 al Lokomotiv y 1-1 con el Valencia y con el Alavés).
El pasado sábado contra el Sevilla en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, Trippier partió de inicio, pero fue cambiado con 1-0 en contra en el descanso, en el que entró Arias para mejorar cualitativa y cuantitativamente el caudal ofensivo de su equipo hasta el punto de que dio la asistencia del gol a Álvaro Morata.
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