La defensa inesperada que sostiene al Athletic


Marcelino García solo contempla una fórmula para sacar un buen resultado en el Metropolitano: “Tenemos que hacerlo todo bien”, dice. Y ese “todo bien” pasa por seguir manteniendo la seguridad defensiva del Athletic, que en las cuatro primeras jornadas de Liga, en las que no ha perdido, solo ha encajado un gol —el empate de Memphis para el Barcelona—, ha dejado otras tres veces la portería a cero y ha conseguido que ni el Celta ni el Mallorca dispararan ni una vez entre los tres palos. El regreso de Unai Simón después de sus vacaciones ha sido plácido. No ha tenido que hacer ni una parada en sus dos partidos de rojiblanco, en contraste con su actividad frenética cuando participa en la selección de Luis Enrique.

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Gran parte del momentáneo éxito defensivo del Athletic se debe al trabajo colectivo, y al sistema inamovible, 4-4-2, que emplea el entrenador asturiano, pero también se comprende a través de los nombres de una línea defensiva casi inédita, que Marcelino trabajó durante la pretemporada en partidos complicados frente a rivales de renombre. El Borussia Dortmund de Haaland (0-2 para el Athletic) y el Liverpool de Mane y Salah (1-1) fueron importantes puntos de referencia para calibrar una línea que lidera Iñigo Martínez, indiscutible como central, junto al recién llegado Dani Vivian, de 22 años, que demuestra una madurez inesperada en un chico tan joven. Aunque no tanto, después de que la temporada anterior, en la que estuvo cedido en el Mirandés, fuera elegido capitán por sus compañeros, apenas un mes después de llegar al equipo. Es un defensa rápido, expeditivo y que no se complica a la hora de despejar. Además, ya se ha estrenado como goleador, con un cabezazo espectacular frente al Mallorca.

Estudios universitarios

Su irrupción ha sido una agradable sorpresa, incluso para los periodistas. Sus respuestas en su primera conferencia de prensa mostraron a un chaval con las ideas muy claras y sin pájaros en la cabeza. Hasta su trayectoria futbolística está marcada por el sentido común. Siendo juvenil del Ariznabarra, un equipo de Vitoria, se ofreció a hacer una prueba con el Santutxu, porque veía que el fútbol vizcaíno tenía más nivel. La pasó y fichó por el equipo bilbaíno que entrenaba en esos momentos Ibai Gómez. Un año más tarde firmó por el Athletic. Estudia Contabilidad y Finanzas en la Universidad de Deusto. “Me sirve para despejar la cabeza”, asegura.

La lesión de Yeray le ha abierto las puertas a la titularidad y lo ha aprovechado. Ha dejado en el ostracismo a un internacional como Unai Núñez. Según la lista elaborada por Wyscout, la plataforma profesional de datos y análisis utilizada por clubes y agentes, Vivian aparece el primero en la clasificación de los mejores centrales tras las cuatro primeras jornadas. La clasificación se elabora con la suma de datos de todo tipo (duelos, balones aéreos ganados y perdidos o pases buenos y erróneos). En esa lista, el cuarto lugar lo ocupa Iñigo Martínez. Segundo es Diego Carlos (Sevilla) y tercero Alderete (Valencia). El Athletic es el único equipo con dos centrales entre los cinco primeros.

El mérito defensivo del Athletic es importante, además, porque los dos laterales titulares en las últimas temporadas no han debutado todavía. Yuri Berchiche fue sometido durante el verano a una operación de pubis, por una lesión que arrastraba desde hacía meses. Ha sido una de las piezas fundamentales del equipo rojiblanco, pero Marcelino no ha tenido dudas. Si no está Yuri juega Mikel Balenziaga, uno de los veteranos, cuestionado muchas veces, pero que siempre cumple en la banda izquierda. No tiene una proyección en ataque muy destacada, pero defensivamente es muy fiable.

En la otra banda, el titular es Iñigo Lekue. La derecha parecía pertenecer a Ander Capa, pero ha estado lesionado, y desde que se recuperó, aunque acude a las convocatorias, no ha tenido minutos. Tampoco el único fichaje del Athletic, Alex Pecharromán, que llegó de Zubieta. Marcelino confía en Lekue, a pesar de que el jugador bilbaíno apenas contó para Garitano. “Un entrenador no suele hacer muchos cambios cuando su equipo gana y los jugadores rinden bien”, sentencia el asturiano. Y por ahora, le salen las cosas.

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