Se le critica a la NBA la falta de táctica y la poca defensa, pero en dos jornadas la competición ha producido dos triunfos agónicos que han llegado desde la pizarra y la buena preparación del juego en campo propio. Después del éxtasis de AJ Griffin y los Atlanta Hawks, fue el turno de Keldon Johnson y los San Antonio Spurs, victoriosos por 112-111 después de un tapón de su mejor jugador sobre Donovan Mitchell en los segundos finales de la visita de los Cleveland Cavaliers.
“Son movimientos, puro instinto. Vas a por el balón. Siempre quieres hacer una jugada, y esta nos ganó el partido”, declaró Johnson, autor de 21 puntos, 6 rebotes, 2 asistencias y el tapón de la victoria. Josh Richardson, con 24 puntos desde el banquillo, fue el máximo anotador de los locales, que contaron también con la aportación de Devin Vassell (16) y Tre Jones (15).
La derrota enfadó al otro protagonista de la jugada clave del encuentro, un Mitchell que le afeó a sus compañeros el haber jugado contra un balance y no un equipo, en referencia a la pobre clasificación de unos Spurs que marchan penúltimos en la Conferencia Oeste con 9 victorias y 18 derrotas.
“Son un grupo con talento. Cuando se ponen en marcha, se sienten cómodos y no les hemos respetado de inicio. Es cosa nuestra y no puede ocurrir más”, comentó el líder de los Cavs, autor de 28 puntos y 5 rebotes en el encuentro. Cleveland logró remontar 19 puntos de desventaja en el tercer período, y tras el tapón de Johnson contó con el rebote de Caris LeVert y el triple de Darius Garland para ganar el encuentro. No entró y se fueron de morros y con su primera derrota contra un equipo con menos victorias que derrotas esta temporada.