En estos dos meses y medio que quedan de mercado de verano, la plantilla del Espanyol puede sufrir muchas variaciones, aunque la idea que se repite desde la dirección deportiva es intentar no desmantelar un equipo que debe competir en tres competiciones. La prioridad es que si llegan ofertas por jugadores, los remitirán a sus cláusulas de rescisión.
Una de las líneas que, a día de hoy, está trufada de incógnitas es la delantera, pues al margen de Wu Lei y Ferreyra, sobre el futuro del resto de integrantes se abren interrogantes. El primero, Sergio García, que durante los próximos días desvelará si sigue con una oferta a la baja, o se desvincula para fichar por el Valladolid de Sergio González, o se decantar por aceptar ofertas de China o Japón.
Pero el delantero por el que la afición perica cruza los dedos para que no acabe marchando es Borja Iglesias. El ariete ha repetido por activa y pasiva que desea seguir de perico, pero su asequible cláusula (28 millones) lo convierten en un ‘regalo’ en el mercado. Desde el club se desliza que no habrá mejora de contrato a corto plazo y que sus agentes no están por la labor de ‘permitir’ que se aumente su baja carta de libertad.
El Sevilla no esconde su interés por el ‘Panda’, pero no ha hecho ningún acercamiento, ni oferta formal dirigida al Espanyol.
Su rival ciudadano, el Betis, no lo tiene entre sus preferencias pese a que Rubi sería su gran avalador. Es más, el año pasado sí se contempló su llegada pero Serra Ferrer lo descartó, siendo una de las razones de la pérdida de confianza de la directiva verdiblanca en el mallorquín, que se desligó del club de Heliópolis esta pasada semana.
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