Digamos que es la diplomacia de la coerción.
La administración del presidente Donald Trump está utilizando agresivamente las sanciones económicas como la herramienta principal de política exterior hasta cierto punto nunca visto en décadas, o quizás nunca.
Muchos cuestionan los resultados incluso mientras las autoridades insisten en que las sanciones están logrando sus objetivos.
Desde que asumió el cargo en enero de 2017, Trump ha utilizado sanciones nuevas y existentes contra Irán, Corea del Norte y otros países en el Continente Americano e incluso África y Asia.
Al mismo tiempo, la administración está tratando de reducir en gran medida la ayuda exterior, en particular recortando dinero para América Latina y los palestinos.
La combinación de más garrotes y menos zanahorias ha creado una desconexión entre el aprovechamiento del poder económico de Estados Unidos y proyectarlo efectivamente, de acuerdo con expertos que temen que la administración dependa demasiado de la coerción a expensas de la cooperación.
Esto también ha causado tensiones significativas con los aliados estadounidenses, especialmente en Europa, donde los expertos dicen que se puede estar instalando una especie de fastidio ante las sanciones.
Es raro que pase una semana sin que la administración anuncie nuevas sanciones.
El jueves, el gobierno estadounidense dijo que rescindiría las visas de toda persona a bordo de un petrolero iraní detenido en Gibraltar.
El miércoles, al antiguo jefe de inteligencia de Sudán se le prohibió viajar. La semana pasada, fue el gobierno venezolano.
Más de 2,600 personas, compañías, barcos y aviones han sido sancionados desde que Trump asumió el cargo.
Los expertos dicen que la administración no ha mostrado una gran visión al adoptar estrategias que no se basan en sanciones o en separar decisiones punitivas de política exterior de cuestiones puramente comerciales, como la disputa con China sobre los aranceles.
“El presidente Trump ha combinado completamente las sanciones económicas y la política comercial”, dijo Gary Haufbauer, del Instituto Peterson de Economía Internacional y ex funcionario del Tesoro durante el gobierno de Jimmy Carter.
Añadió que si bien ese enfoque podría funcionar con países como México y Guatemala en el tema de inmigración, las medidas comerciales y las sanciones contra China y Rusia no lo hacen.
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